Últimamente he estado pensando en una cuestión bastante mágica: ahora que hay tanto contenido generado por IA, demostrar "soy humano" se ha convertido en un desafío técnico.
La verificación de la confianza básica entre las personas está aumentando de manera visible en costos. Antes, al interactuar en la cadena, al menos sabías que había una persona real operando al otro lado; ¿y ahora? Puede que estés chateando con GPT, que los mensajes sean de un bot, e incluso las firmas de las billeteras pueden ser simuladas por scripts automatizados. En el mercado, ya es muy difícil discernir qué es real.
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