Cuanto menos conocimiento tiene una persona, más obstinada se vuelve. Aunque está claramente equivocada, se aferra a su punto de vista y su voz se vuelve cada vez más alta, su expresión facial se torna cada vez más desagradable. Cuanto más intentas razonar, más se irrita. Cuando la percepción de una persona es baja, su interior es más frágil; en realidad, lo que está combatiendo no eres tú, sino ese yo que teme ser descubierto. Cuando él siente vagamente que puede estar equivocado, su primera reacción no es reflexionar, sino convertirse en agresivo, utilizando su volumen, su presencia, e incluso aplastando la vida de los demás para ocultar su confusión interna. Cuanto más se hace el fuerte, más inseguro se siente por dentro.
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
Cuanto menos conocimiento tiene una persona, más obstinada se vuelve. Aunque está claramente equivocada, se aferra a su punto de vista y su voz se vuelve cada vez más alta, su expresión facial se torna cada vez más desagradable. Cuanto más intentas razonar, más se irrita. Cuando la percepción de una persona es baja, su interior es más frágil; en realidad, lo que está combatiendo no eres tú, sino ese yo que teme ser descubierto. Cuando él siente vagamente que puede estar equivocado, su primera reacción no es reflexionar, sino convertirse en agresivo, utilizando su volumen, su presencia, e incluso aplastando la vida de los demás para ocultar su confusión interna. Cuanto más se hace el fuerte, más inseguro se siente por dentro.