Durante las últimas décadas, el dominio global del dólar se ha basado en el mecanismo evolutivo del "sistema de Bretton Woods-dólar petrolero-deuda estadounidense + sistema Swift". Sin embargo, al entrar en la era Web3, la tecnología financiera descentralizada está socavando gradualmente las rutas tradicionales de liquidación y pago, y las stablecoins ancladas al dólar están convirtiéndose silenciosamente en una nueva herramienta para "la salida del dólar al exterior".
En este contexto, el significado de las stablecoins ha trascendido la mera conformidad de un único activo criptográfico, y podría ser el vehículo digital que prolongue la "hegemonía del dólar" en la era Web3.
El 26 de marzo de 2025, el Congreso de EE. UU. presentó oficialmente la "Ley STABLE" (Ley de Transparencia y Responsabilidad de las Stablecoins para una Mejor Economía de Libro Mayor), que establece por primera vez de manera sistemática los umbrales de emisión, la estructura regulatoria y los límites de circulación de las stablecoins en dólares. Hasta el momento, la ley ha sido aprobada por el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes el 2 de abril y está pendiente de la votación en la Cámara de Representantes y el Senado antes de que pueda convertirse oficialmente en ley. Esto no solo es una respuesta a la larga falta de regulación en el mercado de stablecoins, sino que quizás también sea un paso clave para intentar construir la infraestructura institucional de la próxima generación de redes de pago en dólares.
Entonces, ¿qué problemas busca resolver exactamente esta nueva ley? ¿Las diferencias con MiCA reflejan la "estrategia institucional" de Estados Unidos? ¿O está preparando el camino para la hegemonía del dólar en Web3?
Estos problemas, el abogado Mankun los compartirá uno por uno en este artículo.
¿Qué tipo de stablecoin en dólares debe establecer la STABLE Act?
Según el documento, el proyecto de ley sobre stablecoins que se presenta intenta establecer un marco de cumplimiento específico claro para las "stablecoins de pago (Payment Stablecoins)". Hemos extraído sus 5 puntos clave:
1. Definir los sujetos de regulación, centrarse en "stablecoins de pago"
El primer paso de la ley STABLE es definir el objeto central de la regulación: las stablecoins ancladas al dólar que se emiten al público y se pueden utilizar directamente para pagos y liquidaciones. En otras palabras, los activos criptográficos que realmente están sujetos al marco regulatorio son aquellos que se utilizan como "sustitutos del dólar" en la cadena, y no todos los tokens que afirman estar vinculados al dólar.
Para evitar la difusión de riesgos, el proyecto de ley excluye explícitamente algunos modelos de tokens de alto riesgo o estructuralmente inestables. Por ejemplo, las monedas estables algorítmicas, las monedas estables parcialmente colateralizadas o las "monedas estables falsas" que tienen propiedades especulativas y mecanismos de circulación complejos no están dentro del ámbito de aplicación de este proyecto de ley. Solo las monedas estables que cuentan con un respaldo completo de activos en dólares 1:1, que tienen una estructura de reservas transparente y que están destinadas a la circulación de transacciones diarias del público, se consideran "monedas estables de pago" y deben someterse a los arreglos regulatorios bajo este proyecto de ley.
Desde esta perspectiva, lo que realmente le importa al proyecto de ley STABLE no es el "vehículo tecnológico" que es la moneda estable, sino si está construyendo una "red de pagos en la cadena de dólares". Lo que busca regular es la forma de emisión y la base operativa del "dólar digital", y no todos los tokens que llevan la designación USD.
2. Establecer un mecanismo de "derecho de rescate", 1:1 anclado al dólar
Además de los requisitos de acceso regulatorio y las calificaciones de los emisores, la ley STABLE enfatiza especialmente el arreglo de "derechos de redención" para los tenedores de stablecoins, es decir, el público tiene el derecho de canjear sus stablecoins por dólares estadounidenses a una tasa de 1:1, y el emisor debe cumplir con esta obligación en todo momento. Este arreglo institucional, en esencia, garantiza que las stablecoins no se conviertan en "activos anclados falsamente" o "tokens de sistema de circulación interna."
Al mismo tiempo, para prevenir crisis de liquidez o riesgos de corridas, la ley también establece requisitos claros de reservas de activos y gestión de liquidez. Los emisores deben mantener activos en dólares de alta calidad y fácilmente liquidables en una proporción de 1:1 (como bonos del gobierno, efectivo, depósitos en bancos centrales, etc.), y están sujetos a revisiones continuas por parte de la Reserva Federal. Esto significa que los emisores de stablecoins no pueden "invertir el dinero de los usuarios en activos de alto riesgo", ni pueden utilizar algoritmos u otras estructuras derivadas para lograr "anclajes".
A diferencia de algunos modelos de stablecoins en el mercado temprano que eran de "reservas parciales" y "divulgación vaga", la ley STABLE incorpora la "redención 1:1" en la legislación federal, lo que representa una mayor exigencia de Estados Unidos en cuanto al mecanismo de crédito subyacente para los "sustitutos del dólar digital".
Esto no solo responde a las preocupaciones del público sobre el "desanclaje" y el "colapso" de las stablecoins, sino que también tiene como objetivo crear un sistema de anclaje institucional y de confianza legal para las stablecoins vinculadas al dólar, a fin de apoyar su uso a largo plazo en la red de liquidación global.
3. Fortalecer la supervisión de fondos y reservas, evitando la "vacío de confianza"
Sobre la base de que "los stablecoins deben ser redimibles 1:1", la ley STABLE establece disposiciones claras sobre el tipo de activos de reserva, su gestión y los mecanismos de auditoría, con la intención de controlar el riesgo desde su origen y evitar los peligros de "anclaje superficial y vacío en sustancia".
En concreto, la ley exige a todos los emisores de stablecoins de pago:
Se deben mantener activos de alta calidad y liquidez (High-Quality Liquid Assets) equivalentes, incluyendo efectivo, bonos del Tesoro a corto plazo, depósitos en cuentas de la Reserva Federal, etc., para garantizar las solicitudes de reembolso de los usuarios;
No se debe utilizar los activos de reserva para préstamos, inversiones o para otros fines, para prevenir riesgos sistémicos derivados de "usar el dinero de reserva para obtener rendimientos";
Obligaciones de recibir auditorías independientes y informes de supervisión periódicamente, incluyendo divulgación de la transparencia de reservas, informes de exposición al riesgo, descripción de la cartera de activos, etc., para garantizar que tanto el público como los reguladores puedan entender la base de activos detrás de la moneda estable;
Los activos de reserva deben mantenerse separados en cuentas de bancos asegurados por la FDIC u otras instituciones de custodia conformes, para evitar que el proyecto los mezcle con su propio fondo.
Este arreglo institucional tiene como objetivo asegurar que el "anclaje" exista de manera real, sea auditable y se cumpla en su totalidad, y no sea un "anclaje verbal, ganancias flotantes en la cadena". A partir de la experiencia histórica, el mercado de las stablecoins ha enfrentado múltiples crisis de confianza debido a reservas inadecuadas, mal uso de fondos o falta de divulgación de información. La ley STABLE busca cerrar estas brechas de riesgo a nivel institucional y fortalecer la "garantía institucional" del anclaje en el dólar.
Sobre esta base, la ley también otorga a la Reserva Federal, al Departamento del Tesoro y a las agencias reguladoras designadas la supervisión a largo plazo de la gestión de reservas, incluyendo medidas de intervención como la congelación de cuentas en violación, la suspensión de derechos de emisión y el forzamiento de pagos, constituyendo así un circuito de crédito de stablecoin bastante completo.
4. Establecer un "sistema de registro", todos los emisores bajo supervisión
La ley STABLE no adopta un "sistema de gestión por clasificación de licencias" en el diseño de la ruta regulatoria, sino que establece un mecanismo de entrada de registro unificado. El punto clave es: todas las instituciones que planean emitir monedas estables de tipo pago, independientemente de si son bancos o no, deben registrarse en la Reserva Federal y someterse a una revisión regulatoria a nivel federal.
La ley establece dos tipos de rutas para emisores legales: la primera son las instituciones de depósito aseguradas, reguladas por el gobierno federal o estatal, que pueden solicitar directamente la emisión de stablecoins de pago; la segunda son las instituciones fiduciarias no depositarias, que pueden registrarse como emisores de stablecoins siempre que cumplan con los requisitos prudenciales establecidos por la Reserva Federal.
La ley también enfatiza que la Reserva Federal no solo tiene la autoridad para aprobar registros, sino que también puede rechazar registros o revocar registros si considera que hay riesgos sistémicos. Además, se le otorga a la Reserva Federal el derecho de revisar de manera continua la estructura de reservas, la solvencia, la proporción de capital y las políticas de gestión de riesgos de todos los emisores.
Esto significa que, en el futuro, todas las emisiones de stablecoins respaldadas por dólares deberán incluirse en la red de supervisión federal, y ya no se permitirá eludir la revisión a través de métodos como "solo registrado en el estado" o "neutralidad tecnológica".
En comparación con los planes de discusión de múltiples rutas más flexibles anteriores (como el proyecto de ley GENIUS que permite comenzar bajo la supervisión estatal), el proyecto de ley STABLE muestra claramente una mayor uniformidad regulatoria y un liderazgo federal, intentando establecer los límites legales de las stablecoins en dólares a través de un "sistema de regulación de registro nacional".
5. Establecer un mecanismo de concesión de licencias a nivel federal y aclarar las múltiples vías regulatorias
La ley STABLE también establece un sistema de licencias para la emisión de stablecoins a nivel federal, proporcionando diversas rutas de cumplimiento para diferentes tipos de emisores. Este arreglo institucional no solo continúa la estructura "federal-estatal" del sistema de regulación financiera de EE. UU., sino que también responde a las expectativas del mercado sobre la flexibilidad de los umbrales de cumplimiento.
La ley establece tres rutas opcionales para la emisión de "stablecoins de pago":
Primero, convertirse en una institución emisora de stablecoins de pago reconocida por la federación (National Payment Stablecoin Issuer), directamente supervisada y autorizada por las agencias reguladoras bancarias federales de EE. UU. (como la OCC, FDIC, etc.);
En segundo lugar, como banco de ahorro o banco comercial autorizado para emitir stablecoins, se puede disfrutar de un mayor respaldo de confianza, pero debe cumplir con los requisitos de capital y gestión de riesgos de los bancos tradicionales;
Tercero, operar sobre la base de una licencia estatal, pero debe someterse a la "registración + supervisión" a nivel federal y cumplir con los estándares unificados de reservas, transparencia, prevención del lavado de dinero, entre otros.
La intención detrás de este diseño institucional es: alentar a los emisores de stablecoins a "registrarse en la cadena" de acuerdo con la ley, integrándose en la visión de supervisión financiera, pero sin imponer de manera uniforme la bancarización, logrando así un control de riesgos mientras se protege la innovación.
Además, la ley STABLE otorga a la Reserva Federal (FED) y al Departamento del Tesoro un poder de coordinación más amplio, que les permite imponer requisitos adicionales sobre la emisión, custodia y transacciones de las stablecoins según el nivel de riesgo sistémico o las necesidades de política.
En pocas palabras, este sistema crea una red de cumplimiento de stablecoins en Estados Unidos que es de múltiples capas, múltiples caminos y regulada de manera escalonada, lo que no solo aumenta la resiliencia del sistema, sino que también proporciona una base institucional unificada para la expansión de stablecoins en el extranjero.
En comparación con MiCA, Estados Unidos ha seguido un camino diferente
En la carrera global por la regulación de las stablecoins, la Unión Europea es la región que comenzó más temprano y tiene el marco más completo. Su ley MiCA, que entró en vigor en 2023, incluye bajo la supervisión regulatoria todos los tokens criptográficos anclados a activos a través de dos tipos: "EMT" (tokens de moneda electrónica) y "ART" (tokens de referencia de activos), enfatizando la macroprudencia y la estabilidad financiera, con la intención de construir un "cortafuegos" en la transformación financiera digital.
Pero el "STABLE Act" de EE. UU. claramente ha optado por otro camino: no se trata de regular todos los stablecoins de manera integral, ni de construir un sistema regulatorio abarcador desde la perspectiva del riesgo financiero, sino de centrarse en el escenario central de los "stablecoins de pago", construyendo de manera institucional la próxima generación de la red de pagos en la cadena de dólares.
La lógica detrás de esta "legislación selectiva" no es complicada: el dólar no necesita "dominar el mundo" en el ámbito de las stablecoins, solo necesita consolidar el escenario más crucial: pagos transfronterizos, transacciones en cadena y circulación global del dólar.
Esta es también la razón por la cual la ley STABLE no intenta establecer un sistema de regulación de activos completo similar al de MiCA, sino que se centra en el "dólar en cadena" que tiene un respaldo de 1:1 en dólares, con funcionalidad de pago real y que puede ser ampliamente poseído y utilizado por el público.
Desde el punto de vista del diseño institucional, los dos presentan un contraste marcado:
Alcance regulatorio diferente: MiCA intenta "abarcarlos todos", casi incluye todos los modelos de stablecoins, incluidos los productos de activos referenciados de alto riesgo; mientras que la ley STABLE de EE. UU. busca reducir el alcance de aplicación, centrándose únicamente en los activos que realmente se utilizan para pagos y que pueden representar la "función del dólar".
Objetivos regulatorios diferentes: la UE enfatiza el orden financiero, la estabilidad del sistema y la protección del consumidor, mientras que EE. UU. se centra más en definir legalmente qué activos pueden servir como formas legítimas de “dólar en cadena”, construyendo así una infraestructura de pago en dólares a nivel institucional.
Diferentes emisores: MiCA exige que los stablecoins sean emitidos por instituciones de moneda electrónica reguladas o empresas fiduciarias, casi cerrando la entrada dentro del sistema de instituciones financieras; mientras que la ley STABLE establece un "nuevo mecanismo de licencia", permitiendo que entidades no bancarias, tras una revisión de cumplimiento, participen legalmente en la emisión de stablecoins, lo que preserva la posibilidad de emprendimiento e innovación en Web3.
Mecanismos de reserva diferentes: Estados Unidos requiere un 100% de efectivo en dólares o bonos del gobierno a corto plazo, excluyendo estrictamente cualquier apalancamiento o activos no líquidos; la Unión Europea, en cambio, permite diversas formas de activos, incluidos depósitos bancarios, bonos, etc., lo que también refleja diferentes niveles de rigor en la regulación.
Diferente grado de adaptación al emprendimiento Web3: MiCA, debido a su alta dependencia de licencias financieras tradicionales y procesos de auditoría, crea barreras más altas para las empresas emergentes de criptomonedas; mientras que la ley STABLE de EE. UU., aunque exige rigor, deja espacio para la innovación en su marco, con la intención de fomentar el desarrollo del "dólar en cadena" a través de estándares de cumplimiento.
En resumen, lo que ha salido de Estados Unidos no es una ruta de "regulación completa", sino un camino institucional que filtra los "activos calificados de pago en dólares" a través de licencias de cumplimiento. Esto no solo refleja el cambio en la aceptación de Estados Unidos hacia la tecnología Web3, sino que también es una "extensión digital" de su estrategia monetaria global.
Esta es también la razón por la que decimos que la ley STABLE no es simplemente una herramienta de regulación financiera, sino el comienzo de la institucionalización del sistema del dólar digital.
Resumen del abogado Mankun
"Hacer que el dólar se convierta en la unidad de referencia global para Web3", podría ser la verdadera intención estratégica detrás de la Ley STABLE.
El gobierno de los Estados Unidos está tratando de construir una "red digital del dólar de nueva generación" que pueda ser reconocida por programas, auditada e integrada a través de stablecoins, con el fin de establecer una estructura completa para el protocolo de pago subyacente de Web3.
Puede que no sea perfecto, pero es lo suficientemente importante en este momento.
Cabe mencionar que, a nivel internacional, el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su séptima edición del Manual de Balanza de Pagos (BPM7) publicado en 2024, ha incluido por primera vez las stablecoins dentro del sistema de estadísticas de activos internacionales y ha enfatizado su nuevo papel en los pagos transfronterizos y los flujos financieros globales. Esto no solo sienta las bases para la "legitimidad institucional global" de la conformidad soberana de las stablecoins, sino que también proporciona un apoyo institucional y un reconocimiento externo para que Estados Unidos construya un sistema de regulación de stablecoins y refuerce el significado del anclaje del dólar.
Se puede decir que la aceptación institucional de las stablecoins a nivel mundial se está convirtiendo en el preludio de la competencia soberana en la era de las criptomonedas.
Esto es precisamente lo que ha observado el abogado Mankiw: la historia de la conformidad de Web3, en última instancia, es una competencia de construcción institucional, y las stablecoins en dólares son el campo de batalla más significativo de esta competencia.
El contenido es solo de referencia, no una solicitud u oferta. No se proporciona asesoramiento fiscal, legal ni de inversión. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más información sobre los riesgos.
Interpretación de la ley de moneda estable STABLE Act de EE. UU., ¿la "hegemonía" del dólar on-chain?
Autor del artículo: Iris, abogado Mankun
Durante las últimas décadas, el dominio global del dólar se ha basado en el mecanismo evolutivo del "sistema de Bretton Woods-dólar petrolero-deuda estadounidense + sistema Swift". Sin embargo, al entrar en la era Web3, la tecnología financiera descentralizada está socavando gradualmente las rutas tradicionales de liquidación y pago, y las stablecoins ancladas al dólar están convirtiéndose silenciosamente en una nueva herramienta para "la salida del dólar al exterior".
En este contexto, el significado de las stablecoins ha trascendido la mera conformidad de un único activo criptográfico, y podría ser el vehículo digital que prolongue la "hegemonía del dólar" en la era Web3.
Entonces, ¿qué problemas busca resolver exactamente esta nueva ley? ¿Las diferencias con MiCA reflejan la "estrategia institucional" de Estados Unidos? ¿O está preparando el camino para la hegemonía del dólar en Web3?
Estos problemas, el abogado Mankun los compartirá uno por uno en este artículo.
¿Qué tipo de stablecoin en dólares debe establecer la STABLE Act?
Según el documento, el proyecto de ley sobre stablecoins que se presenta intenta establecer un marco de cumplimiento específico claro para las "stablecoins de pago (Payment Stablecoins)". Hemos extraído sus 5 puntos clave:
1. Definir los sujetos de regulación, centrarse en "stablecoins de pago"
El primer paso de la ley STABLE es definir el objeto central de la regulación: las stablecoins ancladas al dólar que se emiten al público y se pueden utilizar directamente para pagos y liquidaciones. En otras palabras, los activos criptográficos que realmente están sujetos al marco regulatorio son aquellos que se utilizan como "sustitutos del dólar" en la cadena, y no todos los tokens que afirman estar vinculados al dólar.
Para evitar la difusión de riesgos, el proyecto de ley excluye explícitamente algunos modelos de tokens de alto riesgo o estructuralmente inestables. Por ejemplo, las monedas estables algorítmicas, las monedas estables parcialmente colateralizadas o las "monedas estables falsas" que tienen propiedades especulativas y mecanismos de circulación complejos no están dentro del ámbito de aplicación de este proyecto de ley. Solo las monedas estables que cuentan con un respaldo completo de activos en dólares 1:1, que tienen una estructura de reservas transparente y que están destinadas a la circulación de transacciones diarias del público, se consideran "monedas estables de pago" y deben someterse a los arreglos regulatorios bajo este proyecto de ley.
Desde esta perspectiva, lo que realmente le importa al proyecto de ley STABLE no es el "vehículo tecnológico" que es la moneda estable, sino si está construyendo una "red de pagos en la cadena de dólares". Lo que busca regular es la forma de emisión y la base operativa del "dólar digital", y no todos los tokens que llevan la designación USD.
2. Establecer un mecanismo de "derecho de rescate", 1:1 anclado al dólar
Además de los requisitos de acceso regulatorio y las calificaciones de los emisores, la ley STABLE enfatiza especialmente el arreglo de "derechos de redención" para los tenedores de stablecoins, es decir, el público tiene el derecho de canjear sus stablecoins por dólares estadounidenses a una tasa de 1:1, y el emisor debe cumplir con esta obligación en todo momento. Este arreglo institucional, en esencia, garantiza que las stablecoins no se conviertan en "activos anclados falsamente" o "tokens de sistema de circulación interna."
Al mismo tiempo, para prevenir crisis de liquidez o riesgos de corridas, la ley también establece requisitos claros de reservas de activos y gestión de liquidez. Los emisores deben mantener activos en dólares de alta calidad y fácilmente liquidables en una proporción de 1:1 (como bonos del gobierno, efectivo, depósitos en bancos centrales, etc.), y están sujetos a revisiones continuas por parte de la Reserva Federal. Esto significa que los emisores de stablecoins no pueden "invertir el dinero de los usuarios en activos de alto riesgo", ni pueden utilizar algoritmos u otras estructuras derivadas para lograr "anclajes".
A diferencia de algunos modelos de stablecoins en el mercado temprano que eran de "reservas parciales" y "divulgación vaga", la ley STABLE incorpora la "redención 1:1" en la legislación federal, lo que representa una mayor exigencia de Estados Unidos en cuanto al mecanismo de crédito subyacente para los "sustitutos del dólar digital".
Esto no solo responde a las preocupaciones del público sobre el "desanclaje" y el "colapso" de las stablecoins, sino que también tiene como objetivo crear un sistema de anclaje institucional y de confianza legal para las stablecoins vinculadas al dólar, a fin de apoyar su uso a largo plazo en la red de liquidación global.
3. Fortalecer la supervisión de fondos y reservas, evitando la "vacío de confianza"
Sobre la base de que "los stablecoins deben ser redimibles 1:1", la ley STABLE establece disposiciones claras sobre el tipo de activos de reserva, su gestión y los mecanismos de auditoría, con la intención de controlar el riesgo desde su origen y evitar los peligros de "anclaje superficial y vacío en sustancia".
En concreto, la ley exige a todos los emisores de stablecoins de pago:
Este arreglo institucional tiene como objetivo asegurar que el "anclaje" exista de manera real, sea auditable y se cumpla en su totalidad, y no sea un "anclaje verbal, ganancias flotantes en la cadena". A partir de la experiencia histórica, el mercado de las stablecoins ha enfrentado múltiples crisis de confianza debido a reservas inadecuadas, mal uso de fondos o falta de divulgación de información. La ley STABLE busca cerrar estas brechas de riesgo a nivel institucional y fortalecer la "garantía institucional" del anclaje en el dólar.
Sobre esta base, la ley también otorga a la Reserva Federal, al Departamento del Tesoro y a las agencias reguladoras designadas la supervisión a largo plazo de la gestión de reservas, incluyendo medidas de intervención como la congelación de cuentas en violación, la suspensión de derechos de emisión y el forzamiento de pagos, constituyendo así un circuito de crédito de stablecoin bastante completo.
4. Establecer un "sistema de registro", todos los emisores bajo supervisión
La ley STABLE no adopta un "sistema de gestión por clasificación de licencias" en el diseño de la ruta regulatoria, sino que establece un mecanismo de entrada de registro unificado. El punto clave es: todas las instituciones que planean emitir monedas estables de tipo pago, independientemente de si son bancos o no, deben registrarse en la Reserva Federal y someterse a una revisión regulatoria a nivel federal.
La ley establece dos tipos de rutas para emisores legales: la primera son las instituciones de depósito aseguradas, reguladas por el gobierno federal o estatal, que pueden solicitar directamente la emisión de stablecoins de pago; la segunda son las instituciones fiduciarias no depositarias, que pueden registrarse como emisores de stablecoins siempre que cumplan con los requisitos prudenciales establecidos por la Reserva Federal.
La ley también enfatiza que la Reserva Federal no solo tiene la autoridad para aprobar registros, sino que también puede rechazar registros o revocar registros si considera que hay riesgos sistémicos. Además, se le otorga a la Reserva Federal el derecho de revisar de manera continua la estructura de reservas, la solvencia, la proporción de capital y las políticas de gestión de riesgos de todos los emisores.
Esto significa que, en el futuro, todas las emisiones de stablecoins respaldadas por dólares deberán incluirse en la red de supervisión federal, y ya no se permitirá eludir la revisión a través de métodos como "solo registrado en el estado" o "neutralidad tecnológica".
En comparación con los planes de discusión de múltiples rutas más flexibles anteriores (como el proyecto de ley GENIUS que permite comenzar bajo la supervisión estatal), el proyecto de ley STABLE muestra claramente una mayor uniformidad regulatoria y un liderazgo federal, intentando establecer los límites legales de las stablecoins en dólares a través de un "sistema de regulación de registro nacional".
5. Establecer un mecanismo de concesión de licencias a nivel federal y aclarar las múltiples vías regulatorias
La ley STABLE también establece un sistema de licencias para la emisión de stablecoins a nivel federal, proporcionando diversas rutas de cumplimiento para diferentes tipos de emisores. Este arreglo institucional no solo continúa la estructura "federal-estatal" del sistema de regulación financiera de EE. UU., sino que también responde a las expectativas del mercado sobre la flexibilidad de los umbrales de cumplimiento.
La ley establece tres rutas opcionales para la emisión de "stablecoins de pago":
La intención detrás de este diseño institucional es: alentar a los emisores de stablecoins a "registrarse en la cadena" de acuerdo con la ley, integrándose en la visión de supervisión financiera, pero sin imponer de manera uniforme la bancarización, logrando así un control de riesgos mientras se protege la innovación.
Además, la ley STABLE otorga a la Reserva Federal (FED) y al Departamento del Tesoro un poder de coordinación más amplio, que les permite imponer requisitos adicionales sobre la emisión, custodia y transacciones de las stablecoins según el nivel de riesgo sistémico o las necesidades de política.
En pocas palabras, este sistema crea una red de cumplimiento de stablecoins en Estados Unidos que es de múltiples capas, múltiples caminos y regulada de manera escalonada, lo que no solo aumenta la resiliencia del sistema, sino que también proporciona una base institucional unificada para la expansión de stablecoins en el extranjero.
En comparación con MiCA, Estados Unidos ha seguido un camino diferente
En la carrera global por la regulación de las stablecoins, la Unión Europea es la región que comenzó más temprano y tiene el marco más completo. Su ley MiCA, que entró en vigor en 2023, incluye bajo la supervisión regulatoria todos los tokens criptográficos anclados a activos a través de dos tipos: "EMT" (tokens de moneda electrónica) y "ART" (tokens de referencia de activos), enfatizando la macroprudencia y la estabilidad financiera, con la intención de construir un "cortafuegos" en la transformación financiera digital.
Pero el "STABLE Act" de EE. UU. claramente ha optado por otro camino: no se trata de regular todos los stablecoins de manera integral, ni de construir un sistema regulatorio abarcador desde la perspectiva del riesgo financiero, sino de centrarse en el escenario central de los "stablecoins de pago", construyendo de manera institucional la próxima generación de la red de pagos en la cadena de dólares.
La lógica detrás de esta "legislación selectiva" no es complicada: el dólar no necesita "dominar el mundo" en el ámbito de las stablecoins, solo necesita consolidar el escenario más crucial: pagos transfronterizos, transacciones en cadena y circulación global del dólar.
Esta es también la razón por la cual la ley STABLE no intenta establecer un sistema de regulación de activos completo similar al de MiCA, sino que se centra en el "dólar en cadena" que tiene un respaldo de 1:1 en dólares, con funcionalidad de pago real y que puede ser ampliamente poseído y utilizado por el público.
Desde el punto de vista del diseño institucional, los dos presentan un contraste marcado:
En resumen, lo que ha salido de Estados Unidos no es una ruta de "regulación completa", sino un camino institucional que filtra los "activos calificados de pago en dólares" a través de licencias de cumplimiento. Esto no solo refleja el cambio en la aceptación de Estados Unidos hacia la tecnología Web3, sino que también es una "extensión digital" de su estrategia monetaria global.
Esta es también la razón por la que decimos que la ley STABLE no es simplemente una herramienta de regulación financiera, sino el comienzo de la institucionalización del sistema del dólar digital.
Resumen del abogado Mankun
"Hacer que el dólar se convierta en la unidad de referencia global para Web3", podría ser la verdadera intención estratégica detrás de la Ley STABLE.
El gobierno de los Estados Unidos está tratando de construir una "red digital del dólar de nueva generación" que pueda ser reconocida por programas, auditada e integrada a través de stablecoins, con el fin de establecer una estructura completa para el protocolo de pago subyacente de Web3.
Puede que no sea perfecto, pero es lo suficientemente importante en este momento.
Cabe mencionar que, a nivel internacional, el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su séptima edición del Manual de Balanza de Pagos (BPM7) publicado en 2024, ha incluido por primera vez las stablecoins dentro del sistema de estadísticas de activos internacionales y ha enfatizado su nuevo papel en los pagos transfronterizos y los flujos financieros globales. Esto no solo sienta las bases para la "legitimidad institucional global" de la conformidad soberana de las stablecoins, sino que también proporciona un apoyo institucional y un reconocimiento externo para que Estados Unidos construya un sistema de regulación de stablecoins y refuerce el significado del anclaje del dólar.
Se puede decir que la aceptación institucional de las stablecoins a nivel mundial se está convirtiendo en el preludio de la competencia soberana en la era de las criptomonedas.
Esto es precisamente lo que ha observado el abogado Mankiw: la historia de la conformidad de Web3, en última instancia, es una competencia de construcción institucional, y las stablecoins en dólares son el campo de batalla más significativo de esta competencia.