Oro vs. Bitcoin: el endurecimiento de la liquidez respalda a los metales preciosos y no a las criptomonedas

En 2025, debido al endurecimiento de la liquidez global, el aumento de la presión financiera y la salida de capitales, los inversores muestran una clara preferencia por activos refugio como el oro, mientras que el rendimiento del Bitcoin se ve relativamente presionado. El oro al contado continúa fortaleciéndose, encontrando soporte cerca de los 4.000 dólares y mostrando potencial para avanzar hacia la zona de resistencia de los 4.500 dólares. En comparación, el Bitcoin retrocedió tras alcanzar un máximo histórico en octubre, lastrado por el endurecimiento de la financiación y la presión del apalancamiento en el mercado, buscando actualmente un rebote en el nivel clave de soporte de 80.000 dólares.

Los factores macroeconómicos marcan una clara divergencia entre ambos activos: la tasa de interés de financiación overnight (SOFR) se sitúa cerca del 4,0%, la cuenta general del Tesoro (TGA) se mantiene en niveles elevados, la liquidez global está restringida y la presión financiera sistémica aumenta. La demanda de activos de riesgo por parte de los inversores se debilita, mientras que la demanda de activos refugio repunta, lo que impulsa el precio del oro al alza. Al mismo tiempo, la volatilidad en los mercados financieros y el cierre de operaciones de arbitraje intensifican la presión a corto plazo sobre el Bitcoin.

Desde el punto de vista técnico, el oro muestra un rebote desde el suelo en el gráfico semanal y mantiene un canal ascendente, con perspectivas de atraer más capital institucional; aunque el Bitcoin ha retrocedido, la tendencia alcista a largo plazo iniciada en 2023 sigue vigente, el soporte en los 80.000 dólares es sólido y, si supera los 105.000 dólares, se confirmará un nuevo impulso alcista.

(Fuente: TradingView)

En resumen, el endurecimiento de la liquidez y el aumento de la presión financiera en 2025 han creado un entorno de mercado favorable para los metales preciosos y desfavorable para las criptomonedas. El oro se sigue beneficiando de su carácter refugio y la demanda institucional, mientras que el Bitcoin sufre presión a corto plazo, aunque su tendencia a largo plazo mantiene un potencial alcista.