Un anuncio arancelario directo del expresidente de Estados Unidos, Trump reavivó de golpe la volatilidad contenida en el mercado cripto. Aunque la declaración fue solo la chispa inicial, el auténtico catalizador estaba en la estructura de capital altamente apalancada y en la estrategia de préstamos recursivos que gira en torno a USDe, una stablecoin de alto rendimiento.
Tras la noticia, los mercados financieros tradicionales sufrieron una fuerte sacudida, pero la reacción en el sector cripto fue aún más radical: Bitcoin perdió más de un 16 % en un solo día, y algunas altcoins cayeron más de un 80 % en cuestión de horas. Las liquidaciones totales del mercado superaron los $20 000 millones y se disparó el pánico. Esta caída en cadena no solo dejó patente la extrema fragilidad del mercado, sino que evidenció cómo el equilibrio peligroso entre incentivos de rentabilidad y apalancamiento llevaba tiempo descontrolado.
USDe, lanzado por Ethena Labs, se considera el dólar sintético de nueva generación. Antes de la caída, su capitalización de mercado superaba los $14 000 millones. USDe no utiliza reservas en dólares; en su lugar, mantiene la estabilidad con coberturas delta-neutrales (manteniendo posiciones al contado de ETH y vendiendo en corto una cantidad igual de contratos perpetuos). En el competitivo mercado de stablecoins, USDe ofrece rendimientos anuales del 12 % al 15 %, lo que lo convierte en objetivo prioritario para capitales en busca de rendimiento. Sin embargo, su verdadero atractivo reside en la estrategia de préstamos recursivos que permite:
Esta estructura parece eficiente para obtener rentabilidad, pero implica un riesgo extremo. Si el precio de USDe baja solo un 20 %–25 %, toda la posición puede liquidarse, generando desajustes de activos y distorsión de garantías en el sistema.
Los grandes tenedores de altcoins agravaron la crisis. Buscando máxima eficiencia de capital, suelen:
Este doble apalancamiento multiplica los riesgos. Cuando la publicación arancelaria de Trump provocó la caída inicial, los grandes inversores vieron desplomarse el valor de sus garantías, activando los umbrales LTV y las llamadas de margen. Para cubrirse, tuvieron que vender stablecoins o deshacer posiciones en USDe. Esto disparó la presión de venta de USDe frente a USDC/USDT. El resultado fue una ruptura de liquidez y pérdida de paridad, que activó liquidaciones automáticas en cadena y desestabilizó aún más la estructura del mercado.
Los creadores de mercado (MM), habitualmente estabilizadores, se convirtieron en aceleradores del colapso. En busca de eficiencia de capital, la mayoría utiliza cuentas consolidadas y trata todos los activos como margen compartido. Cuando las altcoins colaterales se desplomaron, el valor total de la cuenta cayó de inmediato, el apalancamiento pasivo se disparó y se activaron los sistemas de liquidación. Los sistemas de riesgo de los exchanges no distinguen tipos de activos durante la liquidación, así que todos los tokens de una cuenta (incluidos los activos principales líquidos) se venden simultáneamente. Para protegerse, los creadores de mercado cerraron órdenes de compra y retiraron liquidez, creando una falta extrema de liquidez. Cuando se producen ventas en masa en este entorno, los precios caen al 10 %–20 % del valor inicial en cuestión de minutos.
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Este episodio recuerda a todos los participantes cripto que el alto rendimiento nunca viene sin riesgo, pues es la prima oculta que exige el mercado. Cuando las fronteras entre DeFi y CeFi se difuminan y los activos colaterales abarcan varias capas financieras, incluso una pequeña sacudida externa puede provocar una reacción en cadena de fallos estructurales.