Hace poco leí una cita de Herbert Simon: «una abundancia de información crea una pobreza de atención».
La frase es de 1971 y, con los años, solo ha ganado vigencia.
Con el enfoque de @ KaitoAI, la atención se ha convertido en una nueva divisa: el contenido se valora y transforma en Yaps (mindshare).
Pero tras esta promesa se esconde una paradoja: al tratar de focalizar y monetizar la atención, corremos el riesgo de agotarla. La propia atención termina por destruirse.
Estudios recientes revelan que hoy el tiempo medio de atención frente a una pantalla ha caído a unos 50 segundos, frente a los 2 minutos de principios de los 2000.
Y cada interrupción requiere cerca de 23 minutos para recuperar el estado de concentración profunda.
Estos datos evidencian que, cuanto más multiplicamos la información y los estímulos para captar la atención, más la erosionamos.
En psicología, esto se denomina Fatiga por Atención Dirigida (Directed Attention Fatigue, DAF): el agotamiento que surge cuando el cerebro tiene que filtrar distracciones de manera constante para lograr enfocarse.
Hay numerosos estudios y paradojas psicológicas relacionados con la atención.
Charles Goodhart afirmaba: «Cuando una métrica se convierte en un objetivo, deja de ser una buena métrica».
El propósito de Kaito es medir la atención para recompensarla. Pero si la atención misma se convierte en la meta, la medición deja de tener valor.
Existe abundante literatura que demuestra que, si las recompensas sustituyen a la motivación intrínseca, la creatividad y el compromiso auténtico se resienten. En el caso de Kaito, los incentivos claramente reducen la autenticidad.
Lo distintivo es que el sistema de recompensas de Kaito resulta extremadamente adictivo, similar a los juegos de casino.
Mantiene a los creadores involucrados, pero también genera fatiga y dependencia, debilitando la atención colectiva.
No es casual que Kaito enganche a los creadores: reparte recompensas significativas a través de una mecánica gamificada. En conjunto, Kaito ha distribuido más de $110 M (sin contar su propio airdrop) entre más de 200 000 billeteras.
Algunas campañas han permitido a creadores individuales superar los $200 000 en ganancias.
Pero ese volumen de incentivos es lo que termina por matar la atención. Ante tanto dinero y tantas recompensas, los creadores se ven forzados a optimizar la frecuencia de publicación, sus tácticas de respuesta y sus estrategias de interacción, en vez de fomentar el contenido profundo.
A esto se suma que la vida útil de una publicación en X es de apenas 80 minutos; después, la actividad cae drásticamente. Esto obliga a mantener un ritmo alto de publicaciones. Hay creadores que superan las 200 publicaciones mensuales sobre un solo proyecto únicamente para acumular cuota mental.
En consecuencia, los lectores sufren una avalancha de contenido repetitivo, se insensibilizan y pierden interés, por útil que sea la información.
Conozco a mucha gente que silencia nombres de proyectos durante las campañas de Kaito para limpiar su feed.
Los rankings de Kaito tampoco ayudan; lo he vivido personalmente.
Cuando alcanzas los primeros puestos, sientes la presión de mantenerte arriba, así que te obligas a un ritmo extenuante para conservar la posición. Es psicológico: ya visualizas las recompensas que podrías recibir.
La experiencia recuerda a un casino: nunca sabes cuánto vas a ganar. A veces el sistema es generoso, otras decepciona, pero siempre resulta adictivo.
Genera mucho entusiasmo entre los CT, pero también frustración y decepción. Lo que está claro es que casi todos se toman el juego muy en serio.
Todos terminamos elaborando estrategias de juego, redes de apoyo y fórmulas de optimización para la interacción. La auténtica atención desaparece y solo importa simularla para ganar.
Pero sé bien que esto tiene un coste para los lectores: el contenido se vuelve homogéneo y repetitivo y la originalidad pierde peso.
Es evidente que Kaito es consciente de todo esto y sus últimas actualizaciones lo corroboran.
Aun así, creo que podrían ir más allá para reducir el fenómeno de la erosión de la atención (si es que no lo han hecho ya):
No sé si ya lo aplican, pero podrían dar mayor peso al contenido que retiene la atención profunda (de 2 a 5 minutos de lectura).
Sería positivo premiar formatos más extensos y sintéticos, y no solo fragmentos virales.
El reto no es medir, sino preservar la atención a largo plazo, y eso es mucho más complejo (quizá incluso inalcanzable).
En este momento, Kaito y la narrativa de la atención monetizable están en pleno auge.
Pero también muestran signos evidentes de agotamiento. Nada es eterno en este ecosistema; es seguro que esta narrativa irá diluyéndose. Como la atención, su vigencia es limitada.
El gran desafío para Kaito es alargar ese ciclo el mayor tiempo posible, algo a lo que dedican sus actualizaciones y esfuerzos de desarrollo.
Al igual que con los combustibles fósiles, hemos encontrado la manera de monetizar un recurso escaso, pero corremos el riesgo de consumirlo mucho más rápido de lo que logramos renovarlo.
Por aclarar, yo también participo en el juego de la atención en Kaito. Incluso si solo selecciono los proyectos que realmente me convencen y me generan optimismo, el juego sigue teniendo importancia para mí.
Sigo mis posiciones en el ranking, consulto los Yaps diarios, analizo el efecto de mis publicaciones en mi mindshare... Estoy bien situado para hablar del tema.
Es un juego tan exigente como gratificante para los creadores. Pero cuando termina el día, intento tomar perspectiva, independientemente de mis métricas en Kaito, y recordar lo esencial: seguir generando valor, sin importar lo que digan los indicadores.