Cómo dejé de preocuparme por los gráficos y empecé a vivir

Confieso que recientemente me sorprendí a mí mismo pasando seis horas mirando la pantalla y esperando a que esa maldita curva se moviera a mi favor. ¿Absurdo? ¡Desde luego! Pero resulta que no soy un neurótico único: casi el 90% de nosotros, los traders, hacemos lo mismo.

¿Por qué me quedo pegado a los gráficos como un tonto?

En primer lugar, este maldito miedo de perderse algo. Estás sentado y piensas: "Ahora me alejaré por un minuto - ¡y justo en ese momento la moneda se disparará un 30%!" ¿Y qué? El nivel de estrés se dispara, el cerebro hierve, y las decisiones se toman cada vez peor. ¡Clásico!

En segundo lugar, creo que estoy controlando algo. ¡Qué tontería! Por más que mire la pantalla, el precio no va a aumentar por eso. Pero el cerebro sigue engañándose, pensando que mi presencia de alguna manera influye en la situación.

Y en tercer lugar, simplemente me volví adicto a la dopamina. Cada vez que una operación va en positivo, el cerebro recibe su dosis de placer. Y comienzas a revisar el gráfico tan a menudo como el feed de las redes sociales. ¡Y luego te sorprendes de por qué realizas ganancias demasiado pronto, perdiendo dos tercios del movimiento!

Mi plan personal de salvación

1. Creé un sistema y dejé de violarlo

Finalmente entendí algo banal: sin un sistema, soy simplemente un idiota loco frente al monitor. Ahora tengo un plan claro para cada operación: el punto de entrada, salida y los stops están escritos de antemano.

¿Y sabes qué? Cuando dejas de moverte de un lado a otro, las ganancias crecen por sí solas. Sin toda esta ansiedad alrededor de cada tick.

2. Los trailing stops - mi salvación

Antes pensaba que podía engañar al mercado y encontrar el punto de salida perfecto. ¡Ja ja! Ahora simplemente coloco un trailing stop y sigo con mi vida. El precio sube - el stop lo sigue, comienza el retroceso - la operación se cierra con ganancias.

Ninguna magia, simplemente dejé de jugar a adivinar y confié en las matemáticas.

3. Gráfico - no es una televisión para mirarlo todo el día

He establecido una regla estricta para mí: verificar las posiciones solo 3-4 veces al día. Al principio era difícil, como un adicto. Pero ahora veo cuán más clara se ha vuelto mi forma de pensar.

Puse alertas en niveles críticos y olvidé. Ahora, en lugar de desplazarme sin fin por los gráficos, leo libros, hablo con personas e incluso a veces salgo a la calle ( ¿te imaginas? ).

Cuando al final te apetece mirar

Me obligo a hacer algo diferente. Salgo a correr, llamo a un amigo, escribo artículos sobre cripto - lo que sea, ¡con tal de no mirar estas malditas velas!

Y lo que es gracioso es que tan pronto como dejas de obsesionarte con el gráfico, el mercado comienza a trabajar a tu favor, en lugar de en tu contra.

Sabes, el trading se ha convertido para mí de una tortura a un trabajo metódico. Y dejé de percibir cada movimiento del precio como una ofensa personal o un regalo del destino.

¿Aún estás sentado frente al gráfico esperando a que tu moneda favorita "dispare"? Tal vez ya sea hora de dejar de torturarte y construir un sistema. ¡Créeme, funciona mucho mejor que las danzas chamánicas frente al monitor!