Aquí tienes 17 lecciones que ojalá hubiera sabido cuando tenía 20 años, ahora que tengo 30.

La número 12 fue la que más resonó conmigo 👇

1. La salud se acumula. Tu cuerpo no es un plan de respaldo, es la base. Las noches sin dormir, las dietas basura y las resacas se vuelven cada vez más difíciles de sobrellevar.

2. Dormir no es opcional. La energía, el crecimiento, la regeneración y la cordura provienen del descanso.

3. El tiempo cuenta más que el dinero. Todo lo que desperdiciaste en distracciones no lo puedes recuperar.

4. No trates las amistades como transacciones. Las personas cambian, la distancia aumenta y el esfuerzo importa.

5. La salud emocional importa más que las apariencias y que decir sí. Silencia el ego; escúchate a ti mismo.

6. Ahorra e invierte temprano: no solo dinero, sino tiempo, energía, relaciones.

7. Al invertir y vivir experiencias: aprende a adaptarte. Los mercados cambian. Las tendencias mueren. También la vida social. No te quedes persiguiendo antiguos éxitos ni intentando revivir recuerdos de hace 5 años.

8. Pensar a largo plazo supera a las victorias rápidas. El bombo a corto plazo te quemará.

9. Diversifica: en amistades, hábitos, fuentes de ingresos, mentalidad.

10. La confianza no viene de opiniones ruidosas, viene de la claridad serena y la sabiduría.

11. Tus 20 te preparan, así que asume algunos riesgos. Tus 30 te desafían y pueden prepararte para el resto de tu vida. Usa lo que has aprendido.

12. No compares capítulos. Tu pasado, las historias de otros, los planes de futuro, todo avanza a su propio ritmo (esto fue lo más importante para mí).

13. La salud mental es real. No ignores esas alarmas silenciosas dentro de ti. Está bien pedir ayuda y preocuparse por amigos y familia.

14. Construye hábitos cuando nadie te ve. Ahí es donde vive la integridad.

15. Aprende a decir no. No todo merece un sí.

16. Valora las experiencias por encima de los objetos materiales. Las experiencias de hoy serán los recuerdos de mañana.

17. Invierte en las relaciones (familia, amigos, mentores), rinden dividendos cuando llega el caos. Está bien escuchar, aprender y equivocarse.