Después de leer la experiencia de Lan Zhanfei, realmente se me ha puesto la piel de gallina.

Antes solo pensaba que era sarcástico, divertido, atrevido al hablar, pero nunca imaginé que lo que vivió en Sudáfrica era realmente ese tipo de situación en la que te someten y te torturan hasta el límite.

Le asaltaron la habitación en mitad de la noche, no le dejaron dormir durante más de cuarenta horas, le obligaron de todas las formas posibles a transferir dinero, incluso le forzaron a pedir préstamos online... Esto no es un simple robo, es tratar a una persona como un "cajero automático" y exprimirla una y otra vez.

Lo que más me impactó fue lo familiarizados que estaban con el proceso, lo que indica que no era la primera vez que lo hacían.

Estando en un país extranjero, basta con que obtengan tu información y ya no tienes ni espacio para resistirte.

Ahora, viendo que Lan Zhanfei sigue vivo y coleando, de verdad creo que ha tenido muchísima suerte.

A algunos os hará gracia, pero si esto le pasa a otra persona, puede que no consiga volver.