¿Quieres que el mercado cripto remonte? No sueñes todavía, primero haz que tu capital llegue a 1.000.000.

Todos los días hablando de libertad financiera, pero solo tienes unos pocos miles de euros, ni siquiera puedes sentarte a la mesa de juego. Pasar de unos miles a 1.000.000, dicho claro, es solo una palabra: rodar.

Rodar la cuenta es de las pocas formas en que los pequeños inversores pueden cambiar su destino. Si ruedas bien, las reglas del juego son diferentes.

¿Qué pasa cuando tienes 1.000.000?

Sin apalancamiento, solo con que el spot suba un 20% ya te llevas 200.000 al bolsillo. En ese momento, la sensación de ganar dinero es diferente: pillas el ritmo y te tranquilizas. Después solo es repetir, sin hacer tonterías, y la vida es bastante estable.

Pero si ni siquiera consigues ese primer millón, olvídate de pensar en “ganar diez millones al año” o “ser un grande del sector”. Nadie quiere oír más esas fantasías.

**¿Qué es rodar la cuenta?**

Rodar la cuenta no es apostar todos los días, es esperar esa oportunidad única en la vida para actuar.

Normalmente usa pequeñas posiciones solo para practicar, el verdadero fuego hay que reservarlo para los momentos clave. Si ruedas bien tres o cuatro veces en la vida, de cero a diez millones es suficiente.

**Recuerda tres reglas de oro:**

**Primera, hay que aguantar.**
No saltes ante cualquier subida o bajada, espera a que llegue la oportunidad. Si ruedas mal una vez, puedes volver a cero. No tengas prisa.

**Segunda, busca la certeza.**
Tras una gran caída y un largo período lateral, cuando rompe con volumen: ese patrón es el que más fácilmente genera una tendencia. Otros patrones tienen demasiado riesgo.

**Tercera, no dudes cuando llega la oportunidad.**
En cuanto confirmes la señal, entra de inmediato. Si dudas un segundo, te quedas fuera y ya no podrás alcanzar el tren.

Este mercado nunca ha sido un sitio donde hay oportunidades de hacerse rico todos los días.

Pero rodar la cuenta sí es uno de los pocos momentos en que la gente corriente puede cambiar su destino. Tu trabajo no es apostar todos los días mirando la pantalla, sino aguantar, tener paciencia, acertar y ejecutarlo con fuerza.