#数字货币市场洞察 De un salario mensual de 1000 a una cuenta de seis cifras, en estos ocho años me he dado muchos golpes en el mercado cripto.

Todavía recuerdo aquellos días en un dormitorio de ocho personas en Chengdu: ni siquiera me atrevía a añadir un huevo al menú de 3 yuanes, y tardé tres años en ahorrar 50.000 yuanes para entrar en el mundillo. Ahora tengo las llaves de dos pisos en Chengdu y, al ver las cifras de mi cuenta, ya no me preocupa el alquiler. Pero nada de esto ha sido cuestión de suerte, sino de cuatro reglas vividas y aprendidas a base de cada pérdida.

Primer error: tener demasiada prisa por salir corriendo.

Acababa de entrar comprando SOL, subió un 20% y empezó a bajar, me puse nervioso y vendí rápido, luego subió otro 50%. En ese momento entendí que las subidas rápidas y bajadas lentas suelen ser maniobras de los grandes jugadores para sacudir el mercado; no hay que asustarse. Pero cuando más tarde SOL subió un 30% en un solo día y luego se desplomó de repente, salí de inmediato y así evité una caída del 40%. ¿Suerte? No, fue lo aprendido lo que me protegió.

Segundo error: no entender la señal de falta de volumen en máximos.

Cuando ETH andaba tambaleando en máximos, no me di cuenta de que el volumen de negociación estaba cayendo; una semana después, se desplomó a la mitad y perdí 30.000. Más tarde comprendí: si en máximos sigue habiendo volumen, significa que hay gente compitiendo por comprar; si el mercado se queda muerto, sin transacciones, es que el gran dinero se ha ido en silencio y hay que salir rápido.

Tercer error: confundir un rebote con un suelo.

Después de que BNB cayó un 25% y rebotó un 10%, pensé que era una ganga y entré fuerte, pero quedé atrapado medio año. Luego entendí: los rebotes tras caídas bruscas son trampas; el verdadero suelo se ve cuando, tras una consolidación con poco volumen, durante tres días seguidos el volumen aumenta y las velas son verdes. Cuando Bitcoin estuvo lateralizando dos meses el año pasado y apareció esa señal, entré y ya he triplicado mi inversión.

Ahora solo creo en dos cosas: el volumen y no ser codicioso. Las velas pueden engañar, pero el volumen muestra el flujo real de dinero, te deja ver hacia dónde va la pasta; y tampoco busco ya hacerme rico de la noche a la mañana, no persigo subidas ni compro a ciegas en caídas, siempre dejo reservas esperando oportunidades claras.

En resumen, ganar dinero de forma estable en el mercado cripto no es tan difícil: no sueñes con dar el pelotazo, aprende bien cada error y sigue las señales clave. La próxima vez que el mercado te ponga nervioso, saca estas reglas y piénsalas otra vez; ir más despacio es mucho más fiable que lanzarse a lo loco.