Siete de marzo, en el camino de Shahu me sorprendió la lluvia, los impermeables se habían ido, los acompañantes estaban todos empapados, yo solo no lo sentía. Al poco rato aclaró, por eso compuse esta poesía.
No escuches el sonido de la lluvia atravesando el bosque y golpeando las hojas, ¿qué importa? Entona versos y camina despacio. Con bastón de bambú y sandalias de paja, más ligero que a caballo, ¿quién teme? Una capa en la niebla y la lluvia, así vivo mi vida.
La brisa primaveral aún fría me despeja el vino, un poco de frío, pero la luz oblicua del sol en la montaña me recibe. Al mirar atrás, hacia el lugar desolado, regreso, ya no hay ni lluvia ni sol.
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【Viento Fijo】
Siete de marzo,
en el camino de Shahu me sorprendió la lluvia,
los impermeables se habían ido,
los acompañantes estaban todos empapados,
yo solo no lo sentía.
Al poco rato aclaró,
por eso compuse esta poesía.
No escuches el sonido de la lluvia atravesando el bosque y golpeando las hojas,
¿qué importa? Entona versos y camina despacio.
Con bastón de bambú y sandalias de paja, más ligero que a caballo,
¿quién teme?
Una capa en la niebla y la lluvia, así vivo mi vida.
La brisa primaveral aún fría me despeja el vino,
un poco de frío,
pero la luz oblicua del sol en la montaña me recibe.
Al mirar atrás, hacia el lugar desolado,
regreso,
ya no hay ni lluvia ni sol.