Las economías en desarrollo están endureciendo su control sobre el capital extranjero—y las cifras cuentan una historia contundente.
Este año, el 50% de todas las medidas políticas dirigidas a la inversión extranjera directa se volvieron restrictivas. Es el nivel más alto que hemos visto desde 2010, cuando la ola de proteccionismo posterior a la crisis aún estaba reciente.
¿Por qué importa esto? Porque cuando los gobiernos levantan barreras a la inversión transfronteriza, no solo bloquean los flujos de capital—están estrangulando la creación de empleo y asfixiando la expansión económica en su origen.
¿La ironía? Muchas de estas economías necesitan desesperadamente el crecimiento que aporta la IED. Sin embargo, las presiones políticas y el sentimiento nacionalista están impulsando la política en la dirección opuesta.
Si esta tendencia continúa sin control, nos enfrentamos a una desaceleración prolongada en los mercados emergentes. El capital buscará otros destinos, el talento migrará y la brecha de desarrollo se ampliará.
El tiempo corre. Revertir esta deriva proteccionista no es solo aconsejable—es existencial para las economías que apuestan su futuro a la integración, no al aislamiento.
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LightningPacketLoss
· hace9h
¿El 50% de las políticas ya se han vuelto proteccionistas? Qué risa, esto es un suicidio.
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Las maniobras de los países en esta ronda son realmente increíbles: por un lado necesitan dinero, por otro lado cierran sus puertas, muy listos.
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En resumen, es por la gran presión del populismo, pero cuando la economía entre en recesión, arrepentirse será demasiado tarde.
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Los mercados emergentes esta vez se han pasado de la raya, el capital votará con los pies.
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¿Se están autoaislando aquí? Despertad, ¿en 2024 todavía se puede hacer esto?
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Esto es igual que la situación después de la crisis de las hipotecas subprime de hace diez años, la historia realmente se repite.
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El proteccionismo es satisfactorio a corto plazo, pero a largo plazo es una trampa, de manual.
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Nadie puede frenar hacia dónde fluye el capital, estos políticos de verdad piensan demasiado.
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La reducción de la IED afecta directamente al empleo, cuando llegue el descontento será demasiado tarde para quejarse.
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Interesante, victoria política pero derrota económica, ¿os compensa esto?
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AirdropHuntress
· hace9h
Medidas restrictivas del 50%, estos datos me resultan un poco familiares...
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Los mercados emergentes están adoptando el proteccionismo, y al final, los que salen perjudicados son los emprendedores locales; el capital ya se ha ido.
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Después de un análisis de investigación, es evidente que detrás de este cambio de política hay un dedo que manipula por parte del capital, los sentimientos nacionalistas son solo una fachada.
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Es irónico que lo que más necesitan, la IED, en realidad lo están ahuyentando, una típica decisión política que prevalece sobre la racionalidad económica.
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Espera, ¿esto está preparando el terreno para un cambio de política en ciertos países? Vale la pena seguir el flujo de capital hacia estos países.
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Diseño de políticas genial: quieren desarrollar y al mismo tiempo cerrar las puertas, ¿y piensan que el capital va a esperar tontamente?
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Se sugiere seguir el riesgo: una vez que el capital extranjero se retire, la dificultad de financiamiento en estos mercados emergentes aumentará exponencialmente.
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SnapshotBot
· hace9h
Otra ronda de proteccionismo, esta vez les toca a los países en desarrollo... En el fondo, los políticos solo quieren ganarse a los populistas de su país, y al final acaban perjudicándose a sí mismos.
Qué irónico, cuanto menos dinero hay, más empujan el capital hacia fuera; esta lógica sí que da para espectáculo.
Medidas restrictivas del 50%, parece que algunos países están repitiendo el guion equivocado de 2010.
En vez de levantar muros, mejor sería pensar en cómo atraer capital extranjero de mayor calidad, esa sí que es una estrategia a largo plazo.
Con el auge del nacionalismo, la economía suele quedar en segundo plano... y al final todos pierden.
Las economías en desarrollo están endureciendo su control sobre el capital extranjero—y las cifras cuentan una historia contundente.
Este año, el 50% de todas las medidas políticas dirigidas a la inversión extranjera directa se volvieron restrictivas. Es el nivel más alto que hemos visto desde 2010, cuando la ola de proteccionismo posterior a la crisis aún estaba reciente.
¿Por qué importa esto? Porque cuando los gobiernos levantan barreras a la inversión transfronteriza, no solo bloquean los flujos de capital—están estrangulando la creación de empleo y asfixiando la expansión económica en su origen.
¿La ironía? Muchas de estas economías necesitan desesperadamente el crecimiento que aporta la IED. Sin embargo, las presiones políticas y el sentimiento nacionalista están impulsando la política en la dirección opuesta.
Si esta tendencia continúa sin control, nos enfrentamos a una desaceleración prolongada en los mercados emergentes. El capital buscará otros destinos, el talento migrará y la brecha de desarrollo se ampliará.
El tiempo corre. Revertir esta deriva proteccionista no es solo aconsejable—es existencial para las economías que apuestan su futuro a la integración, no al aislamiento.