Panamá abre la puerta: ¿el primer paso hacia ciudades cripto en América Latina?

Pasó algo interesante esta semana en la capital panameña. El alcalde Mayer Mizrahi anunció que pronto podrás pagar impuestos, permisos y multas directamente con Bitcoin, Ethereum, USDC o USDT. Sin intermediarios complicados, sin nuevas leyes en el Senado (aquí está el truco: asociarse con un banco que convierte cripto a dólares al instante).

Suena futurista, pero es pura pragmática. Panamá ya lo intentó antes: en 2022 el presidente vetó un proyecto de ley para regular cripto y DAOs, argumentando que primero hay que alinearse con estándares financieros internacionales. Esta vez, lo hicieron diferente. Sin cambiar la ley, solo cambiando cómo se procesa el dinero.

¿Por qué importa? Porque no es un experimento aislado. El Salvador ya reconoce Bitcoin como moneda legal. Suiza acepta cripto en algunas regiones. Fiji y Tonga están evaluando. Ahora Panamá se suma. Lo que vemos es un patrón: gobiernos dejando de esquivar las criptomonedas y encontrando formas prácticas de integrarlas.

Pero aquí va la pregunta incómoda: ¿qué tan seguro es para un ciudadano común? ¿Qué pasa con la volatilidad? ¿Y si se dispara el precio entre que pulsas “enviar” y que el banco recibe el stablecoin? Panamá tiene que responder esto bien, porque otras ciudades estarán mirando.

El verdadero test: si funciona limpio en la capital, ¿cuánto tarda en replicarse en el resto de América Latina?