Vitalik, en la reciente conferencia Devconnect, soltó una frase contundente: si gigantes como BlackRock llegan a tener más del 10% del total de ETH, puede que Ethereum realmente no lo aguante.

Esto suena un poco alarmista, pero las razones que da Vitalik son muy sólidas. La primera amenaza es humana: si las instituciones tienen demasiado poder, los desarrolladores clave podrían perder la motivación y marcharse. La segunda amenaza es aún más grave: la ruta técnica podría ser secuestrada. Por ejemplo, para complacer al gran capital, podrían implementar cosas como tiempos de bloque ultracortos, lo que haría imposible que la gente común ejecute nodos; la descentralización se convertiría en una broma.

La última parte del discurso de Vitalik fue muy inspiradora: Ethereum debe mantener sus tres pilares fundamentales: globalidad, ausencia de permisos y resistencia a la censura; la comunidad central no puede dispersarse. Al final, si ETH se convierte en el juguete de Wall Street, ¿en qué se diferenciaría de las finanzas tradicionales?