Aquí hay un giro irónico: Washington ha sido vocal durante años sobre los riesgos de estar financieramente enredado con Beijing. Sin embargo, una nueva investigación revela que EE. UU. ha asumido en realidad más préstamos de China que cualquier otra nación en el planeta. Hablemos de practicar lo opuesto a lo que predicas. Los datos exponen una brecha entre la retórica y la realidad que es difícil de ignorar.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
11 me gusta
Recompensa
11
5
Republicar
Compartir
Comentar
0/400
DuskSurfer
· hace4h
Hablan en contra de China pero tienen deudas, estos políticos estadounidenses son realmente jugadores de doble estándar.
Ver originalesResponder0
SigmaValidator
· hace4h
Es ridículo, los que más gritan sobre los riesgos son los que más deben, se están dando una bofetada...
Ver originalesResponder0
DYORMaster
· hace4h
Hablan bonito, pero en cuanto se dan la vuelta piden dinero prestado, son unos típicos de doble estándar.
Ver originalesResponder0
SchrodingersPaper
· hace4h
¡Vaya, Estados Unidos realmente se está dando un tiro en el pie con esto! ¿Gritan sobre defender a China, pero al mismo tiempo deben más dinero a ellos? Esto no es más que una hipocresía descarada, no puedo soportarlo.
Ver originalesResponder0
GasFeeCrier
· hace4h
¿Qué pasa? Otra vez con esa trampa de doble estándar, los americanos hablan muy bien pero no pueden hacerlo.
Aquí hay un giro irónico: Washington ha sido vocal durante años sobre los riesgos de estar financieramente enredado con Beijing. Sin embargo, una nueva investigación revela que EE. UU. ha asumido en realidad más préstamos de China que cualquier otra nación en el planeta. Hablemos de practicar lo opuesto a lo que predicas. Los datos exponen una brecha entre la retórica y la realidad que es difícil de ignorar.