En el último cuarto de siglo, la expansión económica de EE. UU. cuenta una historia de divergencia regional. Mientras que la trayectoria del PIB de la nación muestra un impulso impresionante, un examen más detallado de los datos a nivel estatal revela contrastes marcados en la prosperidad.
Una visualización reciente desglosa el crecimiento del PIB real per cápita en los 50 estados desde 2000 hasta 2024, con cifras ajustadas por inflación para reflejar los cambios genuinos en el poder adquisitivo. El conjunto de datos captura el rendimiento económico de cada estado a partir de 2024, exponiendo qué regiones realmente prosperaron frente a aquellas que simplemente se mantenían a flote.
Algunos estados redoblaron su apuesta por los impulsos tecnológicos y energéticos. Otros lucharon con el declive industrial. La variación es sorprendente: la prosperidad no se ha distribuido uniformemente en el mapa, y estas brechas del PIB son importantes al evaluar dónde se está creando la verdadera riqueza.
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LadderToolGuy
· hace7h
La economía de Estados Unidos en estos 25 años realmente es un ejemplo vivo de la diferenciación de la riqueza, los estados con tecnología y energía desarrolladas hacen dinero, los estados de industrias tradicionales beben sopa, los números del PIB son atractivos pero no sirven de nada...
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MEVHunterX
· hace7h
Esta desigualdad de riqueza es realmente extrema, Estados Unidos también ha comenzado a estar claramente tomado por tontos.
En el último cuarto de siglo, la expansión económica de EE. UU. cuenta una historia de divergencia regional. Mientras que la trayectoria del PIB de la nación muestra un impulso impresionante, un examen más detallado de los datos a nivel estatal revela contrastes marcados en la prosperidad.
Una visualización reciente desglosa el crecimiento del PIB real per cápita en los 50 estados desde 2000 hasta 2024, con cifras ajustadas por inflación para reflejar los cambios genuinos en el poder adquisitivo. El conjunto de datos captura el rendimiento económico de cada estado a partir de 2024, exponiendo qué regiones realmente prosperaron frente a aquellas que simplemente se mantenían a flote.
Algunos estados redoblaron su apuesta por los impulsos tecnológicos y energéticos. Otros lucharon con el declive industrial. La variación es sorprendente: la prosperidad no se ha distribuido uniformemente en el mapa, y estas brechas del PIB son importantes al evaluar dónde se está creando la verdadera riqueza.