Otra gran caída.

Esta noche Cloudflare se cayó, lo que provocó que cientos de miles de sitios web que utilizan sus servicios de seguridad se quedaran fuera de servicio. Muchas infraestructuras en el mundo cripto también se vieron afectadas: las billeteras no se abren, los nodos no se conectan, los datos no se pueden recuperar.

Esto en realidad no es nada nuevo. En octubre del año pasado, los servidores de Amazon fallaron una vez, en diciembre del año anterior ocurrió otra vez, y si retrocedemos hasta 2017, también hubo una ola. Cada vez es el mismo guion: el servicio de algún gigante tiene problemas y medio internet se colapsa.

La pregunta es: todos los días clamamos por la descentralización, pero la infraestructura básica sigue en manos de unas pocas empresas. En momentos críticos, lo que se llama "anticontrabando" o "inmodificable" depende del capricho de estos proveedores centralizados.

¿No debería esta caída servir como una advertencia para toda la industria?