Los traders de Ethereum están cada vez más dirigiendo órdenes a través de dark pools—canales de transacción privados que protegen las operaciones del mempool público. ¿Por qué este cambio? Bots de trading. Estos sistemas automatizados escanean las transacciones pendientes para adelantarse a movimientos rentables, exprimiendo valor de los usuarios regulares a través de la extracción de MEV.

La tendencia señala algo más grande: la privacidad en la cadena no es solo un lujo más. A medida que las estrategias de MEV se vuelven más sofisticadas, los usuarios están dispuestos a intercambiar transparencia por protección. Los dark pools ofrecen una solución, permitiendo a las ballenas y a los traders informados ejecutar grandes posiciones sin alertar a los buitres algorítmicos que rondan el mempool.

Pero aquí está la tensión: Ethereum se construyó sobre la transparencia. Ahora, sus participantes más activos están optando por salir de esa visibilidad. El auge de la infraestructura de transacciones privadas podría remodelar cómo pensamos sobre los mercados descentralizados. Si todos están comerciando en las sombras, ¿sigue siendo la blockchain sin confianza?