Durante más de tres décadas, uno de los rompecabezas más intrigantes del mundo ha estado a la vista en la sede de la CIA. Kryptos—una escultura de cobre retorcida con mensajes encriptados—ha vuelto locos a criptógrafos, aficionados detectives y teóricos de la conspiración desde 1990. Tres de sus cuatro secciones codificadas fueron resueltas hace años. Pero los 97 caracteres finales? Sigue siendo un misterio.

Ahora viene el giro: el artista detrás de esta obra maestra criptográfica, Jim Sanborn, está subastando la solución en sí. Sí, lo has leído bien. El tipo que ha estado burlándose de los descifradores de códigos durante décadas finalmente está sacando provecho de la respuesta. Si esto es brillante o casi cruel depende de a quién le preguntes.

Lo que hace esto especialmente salvaje es el momento. En una era donde la criptografía sustenta todo, desde la seguridad blockchain hasta las billeteras digitales, Kryptos se erige como un relicario analógico: un monumento físico al arte de ocultar información. Algunos dicen que romperlo no significa nada ahora. Otros argumentan que es la máxima demostración para cualquier nerd serio de la criptografía.

¿Mantendrá el comprador el secreto? ¿Lo liberará al mundo? ¿O solo enmarcará el papel y se reirá de todos los que todavía están discutiendo en los hilos de Reddit? Una cosa es segura: alguien está a punto de poseer el spoiler más caro en la historia de la criptografía.