Francia está presionando fuerte para que la UE acelere las cosas; quieren adelantar en dos años completos los aranceles aduaneros sobre las importaciones de paquetes pequeños. ¿Por qué tanta prisa? Todo forma parte de su lucha continua contra los actores del comercio electrónico chino, apuntando especialmente a una plataforma transfronteriza enorme que ha estado inundando los mercados europeos.

Esto no se trata solo de aranceles. Es una cuestión de proteger el comercio minorista nacional y nivelar lo que Francia considera un campo de juego injusto. Los minoristas chinos han estado explotando los umbrales de minimis—esencialmente enviando toneladas de paquetes de bajo valor libres de impuestos. Francia argumenta que esto les da una ventaja de precio insuperable con la que las empresas locales no pueden competir.

La propuesta aceleraría las medidas antes de lo previsto originalmente, obligando a estas plataformas a cumplir reglas más estrictas más pronto. ¿El resto de la UE aceptará esta línea de tiempo acelerada? Esa es la verdadera pregunta. La política comercial en Bruselas suele ser lenta, pero Francia claramente no está esperando.

Para quienes siguen la dinámica del comercio global, esto es otra señal de cómo el comercio electrónico y los marcos regulatorios están chocando. Los gobiernos están luchando por adaptar políticas que fueron diseñadas para una era diferente—una en la que las microtransacciones transfronterizas no estaban transformando en una noche todo el panorama minorista.