Estas dos semanas hice una "tontería": revisé a fondo el whitepaper, las reglas de quema y la distribución ecológica de un proyecto Layer2, e incluso realicé varias rondas del proceso completo de "intercambio-cross, staking, transferencias pequeñas" en la red de prueba. ¿La conclusión? Esta cadena ya no es solo un competidor que se promociona por su "rapidez en transacciones y bajo Gas", sino que realmente ha desarrollado un conjunto de mecanismos sobre cómo emitir tokens, a quién enviarlos y cómo recuperarlos con el uso, convirtiéndolo en una solución verificable y operacional.
Primero, hablemos del suministro total. Aproximadamente 72 mil millones de tokens, cuya lógica de distribución está codificada directamente en el contrato inteligente: más del 60% se destina a la construcción del ecosistema y a contribuciones de los primeros usuarios, mientras que la parte del equipo está bloqueada mediante múltiples periodos de tiempo. Esto significa que no se trata solo de promesas en una presentación, sino de usar código para definir exactamente a quién se destinan los fondos. La primera liberación desbloquea una parte para los usuarios de airdrop y los pools de liquidez, lo que aumentará significativamente la circulación en el mercado a corto plazo; hay que estar atentos a ese período.
Más impactante aún es el mecanismo de doble quema, que comenzó a implementarse desde el 4 de noviembre del año pasado: cada vez que realizas una operación en la cadena, el sistema activa simultáneamente procesos de quema y recompra tanto en ETH como en ese token. En términos simples, cuanto más activa sea la red, más escaso será el token. A diferencia de los proyectos tradicionales que solo promueven la "deflación", aquí se vinculan directamente las acciones de los usuarios con la regulación de la oferta.
Al probarlo, descubrí que incluso pequeñas transacciones cross de unos pocos dólares generan registros de quema en el explorador de bloques. Este diseño de "más uso, más quema" crea una barrera para los poseedores a largo plazo. Por supuesto, esto requiere que el equipo realmente tenga la capacidad de mantener vivo el ecosistema; de lo contrario, más quema solo sería una ilusión.
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Estas dos semanas hice una "tontería": revisé a fondo el whitepaper, las reglas de quema y la distribución ecológica de un proyecto Layer2, e incluso realicé varias rondas del proceso completo de "intercambio-cross, staking, transferencias pequeñas" en la red de prueba. ¿La conclusión? Esta cadena ya no es solo un competidor que se promociona por su "rapidez en transacciones y bajo Gas", sino que realmente ha desarrollado un conjunto de mecanismos sobre cómo emitir tokens, a quién enviarlos y cómo recuperarlos con el uso, convirtiéndolo en una solución verificable y operacional.
Primero, hablemos del suministro total. Aproximadamente 72 mil millones de tokens, cuya lógica de distribución está codificada directamente en el contrato inteligente: más del 60% se destina a la construcción del ecosistema y a contribuciones de los primeros usuarios, mientras que la parte del equipo está bloqueada mediante múltiples periodos de tiempo. Esto significa que no se trata solo de promesas en una presentación, sino de usar código para definir exactamente a quién se destinan los fondos. La primera liberación desbloquea una parte para los usuarios de airdrop y los pools de liquidez, lo que aumentará significativamente la circulación en el mercado a corto plazo; hay que estar atentos a ese período.
Más impactante aún es el mecanismo de doble quema, que comenzó a implementarse desde el 4 de noviembre del año pasado: cada vez que realizas una operación en la cadena, el sistema activa simultáneamente procesos de quema y recompra tanto en ETH como en ese token. En términos simples, cuanto más activa sea la red, más escaso será el token. A diferencia de los proyectos tradicionales que solo promueven la "deflación", aquí se vinculan directamente las acciones de los usuarios con la regulación de la oferta.
Al probarlo, descubrí que incluso pequeñas transacciones cross de unos pocos dólares generan registros de quema en el explorador de bloques. Este diseño de "más uso, más quema" crea una barrera para los poseedores a largo plazo. Por supuesto, esto requiere que el equipo realmente tenga la capacidad de mantener vivo el ecosistema; de lo contrario, más quema solo sería una ilusión.