Cinco años después de que surgieron las advertencias iniciales, la Unión Europea ahora está considerando seriamente restricciones sobre ciertos equipos de telecomunicaciones chinos. Cuando las preocupaciones surgieron por primera vez alrededor de 2019-2020, se señalaron vulnerabilidades de seguridad en la infraestructura 5G como riesgos potenciales. Avanzando hasta hoy, los reguladores de la UE finalmente están avanzando hacia acciones concretas.
¿Qué tomó tanto tiempo? Los procedimientos burocráticos, las dependencias económicas y las opiniones divididas de los estados miembros crearon un cambio de política en cámara lenta. Algunos países actuaron de forma independiente hace años, mientras que otros dudaron debido a los contratos existentes y los costos de despliegue.
El problema central sigue siendo el mismo: ¿Puede la infraestructura crítica de la red depender de proveedores de jurisdicciones con diferentes marcos de gobernanza de datos? Para el espacio cripto, esto importa más de lo que parece. Los nodos de blockchain, las redes de validadores y la infraestructura descentralizada a menudo funcionan sobre los mismos núcleos de telecomunicaciones que ahora están bajo escrutinio.
Si las principales economías comienzan a fragmentar sus cadenas de suministro tecnológico, podríamos ver efectos en cadena sobre cómo las redes descentralizadas enrutan los datos a través de las fronteras. La seguridad de la red no es solo un problema de telecomunicaciones, también es una cuestión de infraestructura Web3.
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Cinco años después de que surgieron las advertencias iniciales, la Unión Europea ahora está considerando seriamente restricciones sobre ciertos equipos de telecomunicaciones chinos. Cuando las preocupaciones surgieron por primera vez alrededor de 2019-2020, se señalaron vulnerabilidades de seguridad en la infraestructura 5G como riesgos potenciales. Avanzando hasta hoy, los reguladores de la UE finalmente están avanzando hacia acciones concretas.
¿Qué tomó tanto tiempo? Los procedimientos burocráticos, las dependencias económicas y las opiniones divididas de los estados miembros crearon un cambio de política en cámara lenta. Algunos países actuaron de forma independiente hace años, mientras que otros dudaron debido a los contratos existentes y los costos de despliegue.
El problema central sigue siendo el mismo: ¿Puede la infraestructura crítica de la red depender de proveedores de jurisdicciones con diferentes marcos de gobernanza de datos? Para el espacio cripto, esto importa más de lo que parece. Los nodos de blockchain, las redes de validadores y la infraestructura descentralizada a menudo funcionan sobre los mismos núcleos de telecomunicaciones que ahora están bajo escrutinio.
Si las principales economías comienzan a fragmentar sus cadenas de suministro tecnológico, podríamos ver efectos en cadena sobre cómo las redes descentralizadas enrutan los datos a través de las fronteras. La seguridad de la red no es solo un problema de telecomunicaciones, también es una cuestión de infraestructura Web3.