Cuando internet todavía se estaba formando a mediados de los 90, Jeff Bezos necesitaba dinero para esta idea loca: vender libros en línea. Acudió a sus hermanos. Mark y Christina aportaron cada uno 10,000 dólares. No era exactamente una cantidad pequeña en ese entonces.

Aquí está lo interesante: Bezos sabía que todo podría fracasar. Así que les hizo una promesa que no tenía nada que ver con las ganancias. ¿Si todo se desplomaba y se quemaba? Solo quería asegurarse de que todavía lo dejaran asistir a la cena de Acción de Gracias.

Esa fue la apuesta que hicieron. Y bueno, todos sabemos cómo resultó esa historia.