Después de la explosión de JPEX, Hong Kong realmente se ha puesto en serio esta vez.
El Departamento de Finanzas, a través de Xu Zhengyu, anunció que adoptarán un enfoque de cuatro frentes: vigilar de cerca las transacciones de activos digitales, controlar la emisión de stablecoins, asegurar la custodia de activos y restringir las cualificaciones de los operadores de comercio. Esta postura deja claro que quieren cerrar todos los agujeros.
Por su parte, el caso no se ha quedado quieto: los primeros 8 acusados ya han sido enviados a la corte superior y la próxima audiencia está programada para el 15 de diciembre. La justicia avanza rápidamente, y las autoridades regulatorias también actúan con rapidez, abordando ambos frentes con firmeza.
En resumen, Hong Kong ahora tiene un solo mensaje: no se puede dejar de innovar, pero el riesgo debe estar controlado.
Para las instituciones financieras tradicionales, esto en realidad es una buena noticia. Las reglas están claras, la hoja de ruta está definida, y las instituciones que quieran entrar se sienten más confiadas. A largo plazo, esta estrategia podría realmente atraer fondos sólidos a Hong Kong, ya que todos prefieren operar en un entorno con barreras de protección en lugar de arriesgarse en caminos sin regulación.
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Después de la explosión de JPEX, Hong Kong realmente se ha puesto en serio esta vez.
El Departamento de Finanzas, a través de Xu Zhengyu, anunció que adoptarán un enfoque de cuatro frentes: vigilar de cerca las transacciones de activos digitales, controlar la emisión de stablecoins, asegurar la custodia de activos y restringir las cualificaciones de los operadores de comercio. Esta postura deja claro que quieren cerrar todos los agujeros.
Por su parte, el caso no se ha quedado quieto: los primeros 8 acusados ya han sido enviados a la corte superior y la próxima audiencia está programada para el 15 de diciembre. La justicia avanza rápidamente, y las autoridades regulatorias también actúan con rapidez, abordando ambos frentes con firmeza.
En resumen, Hong Kong ahora tiene un solo mensaje: no se puede dejar de innovar, pero el riesgo debe estar controlado.
Para las instituciones financieras tradicionales, esto en realidad es una buena noticia. Las reglas están claras, la hoja de ruta está definida, y las instituciones que quieran entrar se sienten más confiadas. A largo plazo, esta estrategia podría realmente atraer fondos sólidos a Hong Kong, ya que todos prefieren operar en un entorno con barreras de protección en lugar de arriesgarse en caminos sin regulación.