La forma de operar en las acciones estadounidenses últimamente se ha vuelto cada vez más evidente:

¿Taco? Entonces, ¡a por ello! ¿Aún no Tacos? Se espera que haya Tacos, así que también a por ello. ¿Los datos de empleo no agrícola son buenos? Eso indica una economía fuerte, a seguir comprando. ¿Los datos de empleo no agrícola son malos? Justo eso allana el camino para una bajada de tasas, así que aún más a comprar.

En resumen, el mercado de acciones en EE. UU. tiene una tendencia natural alcista. Comprar en largo nunca requiere demasiadas razones; en cambio, quienes hacen cortos tienen que devanarse los sesos para encontrar un montón de lógica compleja que los convenza a ellos mismos. Una vez que se forma este sentimiento unidireccional, es muy difícil revertirlo en el corto plazo.