El movimiento del oro suele ser más honesto que las noticias.
Recientemente, en el mercado, hay una inquietud indescriptible. El oro ha subido demasiado rápido, y el aumento de las últimas semanas equivale al de los últimos meses e incluso años. Si miras esa curva, sentirás que el capital está huyendo, y la emoción está tensa. Nadie lo dice abiertamente, pero todos saben que hay algo detrás que se está gestando.
Esta ronda de mercado me recuerda a una frase, instinto de refugio. La reacción del mercado a veces es más directa que las políticas; cuando la gente comienza a dudar de la seguridad de los bonos, de la burbuja del mercado de valores y del valor de la moneda, el capital automáticamente fluye hacia lugares seguros. El oro se convierte precisamente en ese símbolo.
Lo que ha sucedido en las últimas semanas también ha seguido estimulando esta emoción. La guerra comercial entre China y EE. UU. ha vuelto a agitarse, una empresa llamada First Brndi ha declarado la quiebra, con deudas que superan los cien mil millones, y se ha informado que han desaparecido dos mil millones de dólares. Si se observa un solo caso, tal vez sea solo un accidente, pero al verlo en conjunto, parece una serie de señales parpadeando. Jamie Dimon de JPMorgan dijo una vez: "Ver un lobo a menudo significa que hay más". El olor del mercado en este momento, de hecho, no es del todo correcto.
A primera vista, el entorno crediticio en Estados Unidos se está endureciendo, con altas tasas de interés y un costo del capital en aumento, pero el riesgo no ha desaparecido por ello. La magnitud de la deuda sigue creciendo, el déficit fiscal continúa en aumento y la volatilidad en el mercado de bonos se vuelve cada vez más frecuente. Una estructura que parece sólida, en realidad, ya ha comenzado a debilitarse. El ascenso del oro es como un reflejo colectivo; cuando la confianza en el sistema presenta fisuras, el mercado busca por sí mismo una salida.
Siempre siento que en momentos como este no deberíamos ser demasiado optimistas, ni tampoco pesimistas. Lo más importante es mirar hacia atrás y ver nuestras inversiones, cuáles son realmente seguras y cuáles solo parecen no tener problemas aún. $XAU $PAXG #GOLD
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El movimiento del oro suele ser más honesto que las noticias.
Recientemente, en el mercado, hay una inquietud indescriptible. El oro ha subido demasiado rápido, y el aumento de las últimas semanas equivale al de los últimos meses e incluso años. Si miras esa curva, sentirás que el capital está huyendo, y la emoción está tensa. Nadie lo dice abiertamente, pero todos saben que hay algo detrás que se está gestando.
Esta ronda de mercado me recuerda a una frase, instinto de refugio. La reacción del mercado a veces es más directa que las políticas; cuando la gente comienza a dudar de la seguridad de los bonos, de la burbuja del mercado de valores y del valor de la moneda, el capital automáticamente fluye hacia lugares seguros. El oro se convierte precisamente en ese símbolo.
Lo que ha sucedido en las últimas semanas también ha seguido estimulando esta emoción. La guerra comercial entre China y EE. UU. ha vuelto a agitarse, una empresa llamada First Brndi ha declarado la quiebra, con deudas que superan los cien mil millones, y se ha informado que han desaparecido dos mil millones de dólares. Si se observa un solo caso, tal vez sea solo un accidente, pero al verlo en conjunto, parece una serie de señales parpadeando. Jamie Dimon de JPMorgan dijo una vez: "Ver un lobo a menudo significa que hay más". El olor del mercado en este momento, de hecho, no es del todo correcto.
A primera vista, el entorno crediticio en Estados Unidos se está endureciendo, con altas tasas de interés y un costo del capital en aumento, pero el riesgo no ha desaparecido por ello. La magnitud de la deuda sigue creciendo, el déficit fiscal continúa en aumento y la volatilidad en el mercado de bonos se vuelve cada vez más frecuente. Una estructura que parece sólida, en realidad, ya ha comenzado a debilitarse. El ascenso del oro es como un reflejo colectivo; cuando la confianza en el sistema presenta fisuras, el mercado busca por sí mismo una salida.
Siempre siento que en momentos como este no deberíamos ser demasiado optimistas, ni tampoco pesimistas. Lo más importante es mirar hacia atrás y ver nuestras inversiones, cuáles son realmente seguras y cuáles solo parecen no tener problemas aún.
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