Los gigantes tecnológicos dominan los titulares de IA, pero debajo de la superficie, una fascinante batalla se desarrolla entre los actores de la computación cuántica que podría remodelar todo el panorama de la IA. He estado observando de cerca a Quantum Computing Inc. (QCi) y IonQ, y sus enfoques contrastantes hacia la tecnología cuántica revelan mucho sobre hacia dónde se dirige esta industria.
Mientras que los ordenadores tradicionales luchan con las limitaciones binarias, los sistemas cuánticos explotan las extrañas propiedades de la Computación cuántica para procesar datos de maneras que podrían revolucionar la IA. Pero, ¿qué empresa merece tu inversión? La respuesta no es tan sencilla como podrían sugerir sus rendimientos en bolsa.
El enfoque de QCi se centra en chips fotónicos que funcionan a temperatura ambiente, un posible cambio de juego en un campo donde los requisitos de refrigeración a menudo crean enormes barreras de entrada. Su tecnología podría reducir drásticamente los costos de la computación cuántica, pero aún se encuentran en la etapa embrionaria de comercialización. Con solo $400,000 en ingresos proyectados para 2025 frente a $39 millones en pérdidas, esencialmente están pidiendo a los inversores que financien un sueño prometedor pero no probado.
IonQ, mientras tanto, emplea tecnología de iones atrapados que aún requiere enfriamiento pero ofrece un modelo de negocio más maduro. Sus sistemas ya están encontrando aplicaciones en diversas industrias, con ingresos que se espera que aumenten de $43 millones a $315 millones entre 2024-2027. Su ambicioso plan de acción apunta a un crecimiento exponencial en qubits algorítmicos - de 64-100 AQ ahora a increíbles 2 millones de AQ para 2030.
Lo que me preocupa de QCi no es su tecnología, sino su valoración. Cotizando a más de 1,300 veces los ingresos proyectados de 2027, han ingresado al territorio de las acciones meme que se desconecta completamente de los fundamentos empresariales. Su aumento del 2,280% en acciones durante el último año huele más a especulación que a inversión racional.
IonQ tampoco es barato, a 40 veces las ventas estimadas de 2027, pero su integración con la plataforma CUDA de Nvidia y la entrega constante de hitos técnicos proporcionan al menos alguna base para su valoración.
La revolución de la computación cuántica promete acelerar el desarrollo de la IA de manera dramática, pero los inversores deben separar la promesa tecnológica de la realidad financiera. En este momento, IonQ ofrece una oportunidad especulativa pero relativamente fundamentada, mientras que QCi representa una apuesta pura por una tecnología que podría nunca escalar comercialmente a pesar de sus ventajas teóricas.
En esta carrera cuántica, el ganador no será necesariamente la empresa con la solución más elegante, sino aquella que pueda traducir la teoría cuántica en una práctica empresarial sostenible.
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La Carrera de la Computación Cuántica: QCi vs. IonQ en el Campo de Batalla de la IA
Los gigantes tecnológicos dominan los titulares de IA, pero debajo de la superficie, una fascinante batalla se desarrolla entre los actores de la computación cuántica que podría remodelar todo el panorama de la IA. He estado observando de cerca a Quantum Computing Inc. (QCi) y IonQ, y sus enfoques contrastantes hacia la tecnología cuántica revelan mucho sobre hacia dónde se dirige esta industria.
Mientras que los ordenadores tradicionales luchan con las limitaciones binarias, los sistemas cuánticos explotan las extrañas propiedades de la Computación cuántica para procesar datos de maneras que podrían revolucionar la IA. Pero, ¿qué empresa merece tu inversión? La respuesta no es tan sencilla como podrían sugerir sus rendimientos en bolsa.
El enfoque de QCi se centra en chips fotónicos que funcionan a temperatura ambiente, un posible cambio de juego en un campo donde los requisitos de refrigeración a menudo crean enormes barreras de entrada. Su tecnología podría reducir drásticamente los costos de la computación cuántica, pero aún se encuentran en la etapa embrionaria de comercialización. Con solo $400,000 en ingresos proyectados para 2025 frente a $39 millones en pérdidas, esencialmente están pidiendo a los inversores que financien un sueño prometedor pero no probado.
IonQ, mientras tanto, emplea tecnología de iones atrapados que aún requiere enfriamiento pero ofrece un modelo de negocio más maduro. Sus sistemas ya están encontrando aplicaciones en diversas industrias, con ingresos que se espera que aumenten de $43 millones a $315 millones entre 2024-2027. Su ambicioso plan de acción apunta a un crecimiento exponencial en qubits algorítmicos - de 64-100 AQ ahora a increíbles 2 millones de AQ para 2030.
Lo que me preocupa de QCi no es su tecnología, sino su valoración. Cotizando a más de 1,300 veces los ingresos proyectados de 2027, han ingresado al territorio de las acciones meme que se desconecta completamente de los fundamentos empresariales. Su aumento del 2,280% en acciones durante el último año huele más a especulación que a inversión racional.
IonQ tampoco es barato, a 40 veces las ventas estimadas de 2027, pero su integración con la plataforma CUDA de Nvidia y la entrega constante de hitos técnicos proporcionan al menos alguna base para su valoración.
La revolución de la computación cuántica promete acelerar el desarrollo de la IA de manera dramática, pero los inversores deben separar la promesa tecnológica de la realidad financiera. En este momento, IonQ ofrece una oportunidad especulativa pero relativamente fundamentada, mientras que QCi representa una apuesta pura por una tecnología que podría nunca escalar comercialmente a pesar de sus ventajas teóricas.
En esta carrera cuántica, el ganador no será necesariamente la empresa con la solución más elegante, sino aquella que pueda traducir la teoría cuántica en una práctica empresarial sostenible.