NEO... ¡vaya nombre pretencioso! Desde mi experiencia personal, esta criptomoneda que algunos llaman "el Ethereum chino" me ha parecido más marketing que sustancia. La conocí en 2017 cuando abandonó su nombre original Antshares, probablemente para distanciarse de su pasado menos glamoroso.
¿Y qué nos promete este supuesto gigante tecnológico? Pues mira:
Dicen que procesa hasta 10.000 transacciones por segundo con su mecanismo dBFT. Suena impresionante, ¿verdad? Pero en mis años de experiencia, estas cifras siempre resultan ser exageradas bajo condiciones de laboratorio. La realidad suele ser bastante más decepcionante.
Lo que sí me parece interesante es su sistema de doble moneda:
NEO: Para "gobernanza" y "votaciones" (como si realmente tuviéramos poder)
GAS: Para pagar comisiones y ejecutar contratos (otro gasto más)
En teoría, NEO facilitaría la creación de activos digitales con identidades que cumplen normativas KYC y AML. Conveniente para los gobiernos, ¿no? Especialmente los autoritarios que quieren controlar cada transacción.
Está cotizando a unos 6 dólares... lejos de sus días gloriosos cuando todos creíamos que sería la próxima gran cosa. Con un suministro máximo de 100 millones, las matemáticas son simples: si realmente fuera tan revolucionario, su precio sería mucho mayor.
La mayoría de las plataformas lo ofrecen, pero sinceramente, después de ver su evolución durante años, creo que NEO sigue siendo más promesa que realidad. Como tantas otras criptomonedas, sobrevive en un limbo de potencial eternamente no realizado.
Dicen que tiene apoyo gubernamental en Asia, pero seamos sinceros: ¿es eso realmente una ventaja para una tecnología que debería ser descentralizada?
Cada vez que veo esos emojis de cohetes 🚀 junto a una criptomoneda, sé exactamente lo que viene después...
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El verdadero rostro de NEO: Mi experiencia con el "Ethereum chino"
NEO... ¡vaya nombre pretencioso! Desde mi experiencia personal, esta criptomoneda que algunos llaman "el Ethereum chino" me ha parecido más marketing que sustancia. La conocí en 2017 cuando abandonó su nombre original Antshares, probablemente para distanciarse de su pasado menos glamoroso.
¿Y qué nos promete este supuesto gigante tecnológico? Pues mira:
Dicen que procesa hasta 10.000 transacciones por segundo con su mecanismo dBFT. Suena impresionante, ¿verdad? Pero en mis años de experiencia, estas cifras siempre resultan ser exageradas bajo condiciones de laboratorio. La realidad suele ser bastante más decepcionante.
Lo que sí me parece interesante es su sistema de doble moneda:
En teoría, NEO facilitaría la creación de activos digitales con identidades que cumplen normativas KYC y AML. Conveniente para los gobiernos, ¿no? Especialmente los autoritarios que quieren controlar cada transacción.
Está cotizando a unos 6 dólares... lejos de sus días gloriosos cuando todos creíamos que sería la próxima gran cosa. Con un suministro máximo de 100 millones, las matemáticas son simples: si realmente fuera tan revolucionario, su precio sería mucho mayor.
La mayoría de las plataformas lo ofrecen, pero sinceramente, después de ver su evolución durante años, creo que NEO sigue siendo más promesa que realidad. Como tantas otras criptomonedas, sobrevive en un limbo de potencial eternamente no realizado.
Dicen que tiene apoyo gubernamental en Asia, pero seamos sinceros: ¿es eso realmente una ventaja para una tecnología que debería ser descentralizada?
Cada vez que veo esos emojis de cohetes 🚀 junto a una criptomoneda, sé exactamente lo que viene después...
#NEO #MiVerdad