En un sorprendente caso de engaño digital, un individuo astuto logró estafar más de $100 millones de dos de las empresas de tecnología líder del mundo al emplear técnicas sencillas de phishing por correo electrónico. El audaz plan, que se desarrolló entre 2013 y 2015, fue ideado por Evaldas Rimasauskas, un ciudadano lituano que se hizo pasar por un destacado proveedor de hardware asiático que mantenía transacciones comerciales regulares con ambas gigantes tecnológicas.

Rimasauskas y sus cómplices ejecutaron su plan creando cuentas de correo electrónico falsas y generando facturas fraudulentas. Estos documentos falsificados estaban diseñados para imitar solicitudes de pago legítimas de la empresa real. El engaño resultó efectivo porque los estados de cuenta fraudulentos parecían genuinos y fueron enviados a los contactos apropiados dentro de las organizaciones objetivo. Sin saberlo, los empleados de estos gigantes tecnológicos autorizaron la transferencia de vastas sumas a cuentas bancarias bajo el control de Rimasauskas.

Las actividades fraudulentas finalmente salieron a la luz cuando se detectaron patrones inusuales, lo que provocó una investigación colaborativa que involucró a las fuerzas del orden de EE. UU. y agencias europeas. Tras su arresto, Rimasauskas fue extraditado a los Estados Unidos, donde se declaró culpable en 2019. El tribunal impuso una sentencia de cinco años de prisión y le ordenó soltar 49.7 millones de dólares. Este incidente expuso debilidades críticas en los protocolos financieros corporativos y demostró cómo incluso las empresas más avanzadas tecnológicamente pueden caer en estafas sofisticadas.