En los últimos años, el cierre del gobierno de Estados Unidos parece estar convirtiéndose en un fenómeno cada vez más normalizado, con una frecuencia tan alta que resulta sorprendente. Algunos internautas incluso han bromeado medio en serio al sugerir que sería mejor establecerlo como un nuevo feriado nacional. Curiosamente, hay quienes proponen que este día festivo se celebre el día después del Super Bowl. Detrás de este humor, se refleja la impotencia y las críticas del público ante los frecuentes cierres del gobierno. El cierre del gobierno no solo afecta el funcionamiento normal de los servicios públicos, sino que también puede causar cierto impacto en la economía. Una frecuencia tan alta de cierres del gobierno sin duda resalta algunos problemas profundos dentro del sistema político estadounidense, como la grave polarización entre partidos y la ineficiencia en las negociaciones presupuestarias. Este fenómeno también ha suscitado reflexiones sobre el sistema político y la capacidad de gobernanza de Estados Unidos. Aunque calificar el cierre del gobierno como un feriado es solo una broma, refleja la preocupación y el descontento del público sobre este tema, y quizás pueda impulsar a los políticos a enfrentar y resolver este problema recurrente de manera más seria.