¿Una estafa de Deepfake valorada en 600 millones de dólares? El lío del Token CAR en el que no puedo creer

Todavía estoy sacudiendo la cabeza ante toda esta situación del token CAR. Ayer, lo que parecía ser la cuenta X del presidente de la República Centroafricana anunció que están lanzando alguna moneda meme para "unir a la gente" y "soportar el desarrollo nacional". Sí, claro.

Déjame aclarar esto: ¿una supuesta cuenta presidencial oficial registró un dominio en namecheap.com hace tres días para lanzar una moneda? ¡Eso es muy sospechoso! Cualquier gobierno real tendría una infraestructura adecuada para algo tan significativo.

El video que publicaron huele a manipulación. El detector de Deepware lo marcó como "sospechoso" con el modelo de Seferbekov mostrando un 82% de probabilidad de fabricación. ¡He visto mejores deepfakes en TikTok! Todo esto grita estafa.

Lo que más me molesta es que el token alcanzó una $600M valoración antes de caer a $298M. ¡Alguien está haciendo dinero con esta tontería! Mirando la distribución de la billetera, el 33% está en una billetera, el 25% en otra - tácticas clásicas de manipulación de ballenas. ¿Y ese supuesto 20.7% para "liquidez"? No se encuentra en el pool real.

Su tokenómica es risiblemente transparente: 25% para "desarrollo del país", 25% para "creadores" y otras asignaciones vagas. Traducción: mucho margen para drenar dinero de inversores desprevenidos.

X incluso suspendió la cuenta oficial de la moneda meme CAR, pero de alguna manera el "presidente" afirma que está trabajando con la plataforma para restaurarla. Si esto fuera legítimo, ¿realmente un jefe de estado estaría tratando con problemas de suspensión de cuentas?

Este episodio entero demuestra perfectamente el salvaje oeste de las criptomonedas en el que aún vivimos. Mientras los proyectos legítimos luchan por el reconocimiento, las estafas obvias pueden alcanzar valoraciones de nueve cifras de la noche a la mañana. La gente nunca aprende.

El token actualmente se está negociando a $0.2937, pero no lo tocaría ni con un palo de diez pies. Este es exactamente el tipo de tontería que le da a las criptomonedas un mal nombre e invita a más regulación.