Brasil es un país con una carga fiscal bastante alta. No la más alta del mundo, por supuesto. Pero el sistema es increíblemente complicado. Muchos empresarios simplemente se pierden en él. Parece que esto crea un tipo especial de estrés: "estrés fiscal brasileño".
1. Carga y estructura fiscal
Cerca del 33% del PIB se destina a impuestos. No es poco. Francia se lleva más: un 45% entero. Y los escandinavos también. Pero al menos allí las carreteras son normales y los hospitales funcionan. En Brasil... bueno, no siempre recibes lo que pagas.
2. La complejidad del sistema fiscal
La confusión es la característica principal. Impuestos federales, regionales y locales. Hay muchos. Demasiados. Y las reglas cambian tan a menudo que incluso los contadores a veces no pueden mantenerse al día.
Impuestos principales:
• Federales: IR, IPI, PIS/COFINS, INSS. Cada uno con sus particularidades.
• Regionales: ICMS — especialmente traicionero.
• Locales: ISS, IPTU. Pequeños, pero inevitables.
3. Impuesto sobre la renta
En 2025, las declaraciones se aceptarán del 17 de marzo al 30 de mayo. Todo electrónicamente. La tasa máxima es del 27,5%. Parece que no es demasiado. Pero la estructura de la escala es tal que golpea a la clase media más fuerte de lo que desearíamos.
4. Impuestos corporativos
Para el año 2025, las empresas pagan un 15% de IRPJ y otro 15% de CSLL. Y presentan sus informes a través de SPED. La burocracia es bastante pesada.
5. Impuestos sobre el consumo
Aquí es donde está el verdadero dolor. ICMS del 7% al 18%. Depende del estado y del producto. Al final, todo se encarece. El consumidor final paga por todo. Siempre.
6. Reforma futura
A partir de 2026, comenzará algo nuevo. No es un hecho que sea mejor, pero definitivamente será diferente. Se introducirán dos impuestos:
• CBS — federal
• IBS — para estados y municipios
Poco a poco reemplazarán los impuestos indirectos existentes. Prometen completar la transición para 2033. PIS, COFINS y parcialmente IPI comenzarán a eliminarse a partir de 2027.
La idea parece buena: simplificar, hacerla más transparente. Pero las empresas tendrán que reconfigurar sus sistemas de contabilidad. Nuevos gastos. Nuevas tensiones.
7. Desigualdad
Los impuestos en Brasil afectan más a los pobres que a los ricos. Paradoja. Especialmente los impuestos sobre el consumo. Los ricos gastan una menor proporción de sus ingresos en bienes de primera necesidad. Por lo tanto, también pagan proporcionalmente menos impuestos. Es injusto, pero esa es la realidad.
El sistema fiscal de Brasil es como una jungla. Se puede sobrevivir, pero se necesita un guía. Y un machete. La reforma infunde alguna esperanza. Pero si funcionará, es otra cuestión.
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SISTEMA TRIBUTARIO DE BRASIL 🇧🇷
Brasil es un país con una carga fiscal bastante alta. No la más alta del mundo, por supuesto. Pero el sistema es increíblemente complicado. Muchos empresarios simplemente se pierden en él. Parece que esto crea un tipo especial de estrés: "estrés fiscal brasileño".
1. Carga y estructura fiscal
Cerca del 33% del PIB se destina a impuestos. No es poco. Francia se lleva más: un 45% entero. Y los escandinavos también. Pero al menos allí las carreteras son normales y los hospitales funcionan. En Brasil... bueno, no siempre recibes lo que pagas.
2. La complejidad del sistema fiscal
La confusión es la característica principal. Impuestos federales, regionales y locales. Hay muchos. Demasiados. Y las reglas cambian tan a menudo que incluso los contadores a veces no pueden mantenerse al día.
Impuestos principales: • Federales: IR, IPI, PIS/COFINS, INSS. Cada uno con sus particularidades. • Regionales: ICMS — especialmente traicionero. • Locales: ISS, IPTU. Pequeños, pero inevitables.
3. Impuesto sobre la renta
En 2025, las declaraciones se aceptarán del 17 de marzo al 30 de mayo. Todo electrónicamente. La tasa máxima es del 27,5%. Parece que no es demasiado. Pero la estructura de la escala es tal que golpea a la clase media más fuerte de lo que desearíamos.
4. Impuestos corporativos
Para el año 2025, las empresas pagan un 15% de IRPJ y otro 15% de CSLL. Y presentan sus informes a través de SPED. La burocracia es bastante pesada.
5. Impuestos sobre el consumo
Aquí es donde está el verdadero dolor. ICMS del 7% al 18%. Depende del estado y del producto. Al final, todo se encarece. El consumidor final paga por todo. Siempre.
6. Reforma futura
A partir de 2026, comenzará algo nuevo. No es un hecho que sea mejor, pero definitivamente será diferente. Se introducirán dos impuestos: • CBS — federal • IBS — para estados y municipios
Poco a poco reemplazarán los impuestos indirectos existentes. Prometen completar la transición para 2033. PIS, COFINS y parcialmente IPI comenzarán a eliminarse a partir de 2027.
La idea parece buena: simplificar, hacerla más transparente. Pero las empresas tendrán que reconfigurar sus sistemas de contabilidad. Nuevos gastos. Nuevas tensiones.
7. Desigualdad
Los impuestos en Brasil afectan más a los pobres que a los ricos. Paradoja. Especialmente los impuestos sobre el consumo. Los ricos gastan una menor proporción de sus ingresos en bienes de primera necesidad. Por lo tanto, también pagan proporcionalmente menos impuestos. Es injusto, pero esa es la realidad.
El sistema fiscal de Brasil es como una jungla. Se puede sobrevivir, pero se necesita un guía. Y un machete. La reforma infunde alguna esperanza. Pero si funcionará, es otra cuestión.