Viviendo en "el paraíso de la protección social", veo todos los días cómo el estado se mete en los bolsillos de los ciudadanos bajo el pretexto de cuidar. Suecia, con su supuesta sistema impositivo progresista, ha convertido los impuestos en un arte de saqueo de la clase media. Y ahora esos tentáculos han llegado también a las criptomonedas.
El Reino de Suecia es un país de contradicciones. Por un lado, un impresionante PIB per cápita de 56,291 dólares. Por otro, unos impuestos asfixiantes que convierten a cualquier empresario en una vaca lechera para el estado.
Un sistema tributario que sofoca la iniciativa
El sistema de tributación de dos niveles se ve impresionante sobre el papel: central y local. La administración fiscal estatal finge ser independiente del gobierno, ¿pero en realidad? ¡Ja! Intenta discutir con los recaudadores de impuestos en la corte.
El impuesto corporativo del 21,4% no parece tan aterrador hasta que le sumas todos los demás tributos. ¡Y el impuesto sobre la renta para personas físicas es ridículo, hasta el 55% sobre los ingresos! Esto no es tributación, es confiscación.
El IVA del 25% es uno de los más altos de Europa. Y aunque hay tasas reducidas del 12% y 6%, la mayoría de los bienes y servicios se encuentran bajo la tasa máxima.
Las criptomonedas bajo la mirada de Skatteverket
Ahora, lo más importante. La Agencia Tributaria Sueca (Skatteverket) se ha puesto especialmente seria con la industria del cripto. Los ingresos de las criptomonedas se clasifican como ganancias de capital con un impuesto del 30%. ¿Suena simple? ¡Nada de eso!
He comerciado en diferentes plataformas y puedo decir que el seguimiento de transacciones se convierte en una pesadilla. Cada compra, venta o intercambio debe convertirse a coronas suecas según el tipo de cambio en el momento de la operación. Solo imagina: cientos de transacciones, tipos de cambio que cambian constantemente, y si cometes un error, de inmediato llegarán las multas.
En abril de este año, los fiscales fiscales llevaron a cabo una verdadera cacería de mineros. De 21 empresas verificadas, 18 fueron acusadas de evasión fiscal y obligadas a pagar casi mil millones de coronas. No hay presunción de inocencia: paga primero, impugna después.
¿Qué sigue? Aún más control
No se dejen engañar por el "enfoque progresista y amigable" de Suecia hacia las criptomonedas. El país está implementando activamente un sistema de informes sobre activos criptográficos (CARF), que obligará a los intercambios y otros servicios a compartir automáticamente datos con los hacendistas. ¿Privacidad? Olviden esa palabra.
El gobierno seguirá apretando las tuercas, especialmente en la cooperación con otros países de la UE. Las prometidas "exenciones fiscales" y "estímulos a la innovación" son solo una cortina de humo para calmar el mercado mientras preparan nuevas formas de control.
Los cuentos de que Suecia es líder en innovaciones financieras se desmoronan ante la realidad: cualquier avance tecnológico aquí es valioso solo si se puede gravar de manera efectiva.
Si estás pensando en trabajar con criptomonedas en Suecia, prepárate para un infierno burocrático y una total transparencia ante el estado. Y esto, amigos míos, está lejos de ser la libertad con la que soñaban los creadores de Bitcoin.
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El sistema fiscal sueco para criptomonedas: no es tan transparente como parece
Autor: exconsultor fiscal de Estocolmo
Viviendo en "el paraíso de la protección social", veo todos los días cómo el estado se mete en los bolsillos de los ciudadanos bajo el pretexto de cuidar. Suecia, con su supuesta sistema impositivo progresista, ha convertido los impuestos en un arte de saqueo de la clase media. Y ahora esos tentáculos han llegado también a las criptomonedas.
El Reino de Suecia es un país de contradicciones. Por un lado, un impresionante PIB per cápita de 56,291 dólares. Por otro, unos impuestos asfixiantes que convierten a cualquier empresario en una vaca lechera para el estado.
Un sistema tributario que sofoca la iniciativa
El sistema de tributación de dos niveles se ve impresionante sobre el papel: central y local. La administración fiscal estatal finge ser independiente del gobierno, ¿pero en realidad? ¡Ja! Intenta discutir con los recaudadores de impuestos en la corte.
El impuesto corporativo del 21,4% no parece tan aterrador hasta que le sumas todos los demás tributos. ¡Y el impuesto sobre la renta para personas físicas es ridículo, hasta el 55% sobre los ingresos! Esto no es tributación, es confiscación.
El IVA del 25% es uno de los más altos de Europa. Y aunque hay tasas reducidas del 12% y 6%, la mayoría de los bienes y servicios se encuentran bajo la tasa máxima.
Las criptomonedas bajo la mirada de Skatteverket
Ahora, lo más importante. La Agencia Tributaria Sueca (Skatteverket) se ha puesto especialmente seria con la industria del cripto. Los ingresos de las criptomonedas se clasifican como ganancias de capital con un impuesto del 30%. ¿Suena simple? ¡Nada de eso!
He comerciado en diferentes plataformas y puedo decir que el seguimiento de transacciones se convierte en una pesadilla. Cada compra, venta o intercambio debe convertirse a coronas suecas según el tipo de cambio en el momento de la operación. Solo imagina: cientos de transacciones, tipos de cambio que cambian constantemente, y si cometes un error, de inmediato llegarán las multas.
En abril de este año, los fiscales fiscales llevaron a cabo una verdadera cacería de mineros. De 21 empresas verificadas, 18 fueron acusadas de evasión fiscal y obligadas a pagar casi mil millones de coronas. No hay presunción de inocencia: paga primero, impugna después.
¿Qué sigue? Aún más control
No se dejen engañar por el "enfoque progresista y amigable" de Suecia hacia las criptomonedas. El país está implementando activamente un sistema de informes sobre activos criptográficos (CARF), que obligará a los intercambios y otros servicios a compartir automáticamente datos con los hacendistas. ¿Privacidad? Olviden esa palabra.
El gobierno seguirá apretando las tuercas, especialmente en la cooperación con otros países de la UE. Las prometidas "exenciones fiscales" y "estímulos a la innovación" son solo una cortina de humo para calmar el mercado mientras preparan nuevas formas de control.
Los cuentos de que Suecia es líder en innovaciones financieras se desmoronan ante la realidad: cualquier avance tecnológico aquí es valioso solo si se puede gravar de manera efectiva.
Si estás pensando en trabajar con criptomonedas en Suecia, prepárate para un infierno burocrático y una total transparencia ante el estado. Y esto, amigos míos, está lejos de ser la libertad con la que soñaban los creadores de Bitcoin.