Según informes recientes, el impulso global hacia las monedas digitales de bancos centrales (CBDCs) está generando preocupaciones sobre el aumento del control sobre la oferta de dinero y los ahorros personales por parte de las instituciones financieras. Esta tendencia está acentuando la divergencia entre Estados Unidos y Europa en términos de tecnología financiera. Las CBDCs son representaciones digitales de monedas fiduciarias emitidas en una blockchain privada y autorizada, generalmente gestionada por un banco central, en contraste con las redes blockchain descentralizadas.
Los especialistas en finanzas advierten que las CBDC pueden representar "el arma monetaria en su forma más pura". Durante un programa de discusión sobre criptomonedas, una analista financiera expresó preocupaciones de que esta forma programable de dinero podría llevar a un mayor control del banco central sobre los gastos individuales, potencialmente incluyendo una "fecha de caducidad" en los ahorros personales. Ella observó: "Ellos serán capaces de controlar todo lo que haces a través del dinero", trazando paralelos con obras literarias distópicas que retratan un mundo dominado por un gobierno central opresivo.
La división transatlántica se está volviendo más pronunciada a medida que Europa avanza con sus iniciativas de euro digital, mientras que Estados Unidos se centra en la innovación de stablecoins y ha prohibido la creación de CBDCs. Recientemente, la Cámara de Representantes de EE. UU. incluyó una disposición en un proyecto de ley de política de defensa para el año fiscal de 2026 que prohíbe a la Reserva Federal emitir una CBDC. Esta disposición tiene como objetivo impedir que la Fed ofrezca monedas digitales o servicios financieros directamente a los individuos. Un proyecto de ley similar, el Anti-CBDC Surveillance State Act, fue aprobado en julio con una pequeña mayoría y espera votación en el Senado.
El presidente de EE. UU. firmó una orden ejecutiva el 23 de enero de 2025, prohibiendo el establecimiento, emisión, circulación o uso de CBDCs, citando preocupaciones sobre su potencial impacto en la estabilidad del sistema financiero, la privacidad individual y la soberanía nacional. Mientras tanto, la Unión Europea está avanzando con sus planes de euro digital, considerando importantes blockchains públicas como Ethereum para su CBDC, en lugar de una blockchain privada, para garantizar la accesibilidad de los datos a entidades autorizadas.
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, anunció que el euro digital debe ser lanzado en octubre de 2025, enfatizando que coexistirá con el dinero en efectivo e incluirá protecciones de privacidad para mitigar preocupaciones sobre el exceso de control gubernamental. Aunque las CBDC son elogiadas por su potencial para aumentar la inclusión financiera, los críticos han expresado preocupaciones sobre sus capacidades de vigilancia. En Brasil, el piloto de la CBDC del banco central reveló mecanismos incorporados de vigilancia y control, permitiendo al banco congelar o reducir fondos de los usuarios dentro de las billeteras CBDC.
La divergencia en los enfoques entre EE.UU. y Europa respecto a las CBDC refleja diferentes prioridades y preocupaciones regulatorias. Mientras Europa busca liderar la innovación en monedas digitales, Estados Unidos parece ser más cauteloso, priorizando la privacidad y la estabilidad del sistema financiero existente. Esta división transatlántica en tecnología financiera probablemente tendrá implicaciones significativas para el futuro de las finanzas globales y la naturaleza del dinero en la era digital.
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Según informes recientes, el impulso global hacia las monedas digitales de bancos centrales (CBDCs) está generando preocupaciones sobre el aumento del control sobre la oferta de dinero y los ahorros personales por parte de las instituciones financieras. Esta tendencia está acentuando la divergencia entre Estados Unidos y Europa en términos de tecnología financiera. Las CBDCs son representaciones digitales de monedas fiduciarias emitidas en una blockchain privada y autorizada, generalmente gestionada por un banco central, en contraste con las redes blockchain descentralizadas.
Los especialistas en finanzas advierten que las CBDC pueden representar "el arma monetaria en su forma más pura". Durante un programa de discusión sobre criptomonedas, una analista financiera expresó preocupaciones de que esta forma programable de dinero podría llevar a un mayor control del banco central sobre los gastos individuales, potencialmente incluyendo una "fecha de caducidad" en los ahorros personales. Ella observó: "Ellos serán capaces de controlar todo lo que haces a través del dinero", trazando paralelos con obras literarias distópicas que retratan un mundo dominado por un gobierno central opresivo.
La división transatlántica se está volviendo más pronunciada a medida que Europa avanza con sus iniciativas de euro digital, mientras que Estados Unidos se centra en la innovación de stablecoins y ha prohibido la creación de CBDCs. Recientemente, la Cámara de Representantes de EE. UU. incluyó una disposición en un proyecto de ley de política de defensa para el año fiscal de 2026 que prohíbe a la Reserva Federal emitir una CBDC. Esta disposición tiene como objetivo impedir que la Fed ofrezca monedas digitales o servicios financieros directamente a los individuos. Un proyecto de ley similar, el Anti-CBDC Surveillance State Act, fue aprobado en julio con una pequeña mayoría y espera votación en el Senado.
El presidente de EE. UU. firmó una orden ejecutiva el 23 de enero de 2025, prohibiendo el establecimiento, emisión, circulación o uso de CBDCs, citando preocupaciones sobre su potencial impacto en la estabilidad del sistema financiero, la privacidad individual y la soberanía nacional. Mientras tanto, la Unión Europea está avanzando con sus planes de euro digital, considerando importantes blockchains públicas como Ethereum para su CBDC, en lugar de una blockchain privada, para garantizar la accesibilidad de los datos a entidades autorizadas.
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, anunció que el euro digital debe ser lanzado en octubre de 2025, enfatizando que coexistirá con el dinero en efectivo e incluirá protecciones de privacidad para mitigar preocupaciones sobre el exceso de control gubernamental. Aunque las CBDC son elogiadas por su potencial para aumentar la inclusión financiera, los críticos han expresado preocupaciones sobre sus capacidades de vigilancia. En Brasil, el piloto de la CBDC del banco central reveló mecanismos incorporados de vigilancia y control, permitiendo al banco congelar o reducir fondos de los usuarios dentro de las billeteras CBDC.
La divergencia en los enfoques entre EE.UU. y Europa respecto a las CBDC refleja diferentes prioridades y preocupaciones regulatorias. Mientras Europa busca liderar la innovación en monedas digitales, Estados Unidos parece ser más cauteloso, priorizando la privacidad y la estabilidad del sistema financiero existente. Esta división transatlántica en tecnología financiera probablemente tendrá implicaciones significativas para el futuro de las finanzas globales y la naturaleza del dinero en la era digital.