Eduardo Saverin ingresó en la sede de Facebook creyendo que ocupaba el cargo de CFO. Al salir, descubrió que su puesto había sido completamente eliminado. 💼😞
Había invertido todo en la empresa: recursos financieros, incontables horas y una fe inquebrantable en Mark Zuckerberg. Sin embargo, cuando se le presentó nueva documentación, su mundo se desmoronó en un instante.
Sin su conocimiento, su participación sustancial de 1,388,334 acciones (34.4%) había sido reducida sigilosamente a un mero 0.03%—una maniobra ejecutada tras bambalinas. La persona con la que se había asociado para construir un imperio digital lo había efectivamente excluido de la narrativa.
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Eduardo Saverin ingresó en la sede de Facebook creyendo que ocupaba el cargo de CFO. Al salir, descubrió que su puesto había sido completamente eliminado. 💼😞
Había invertido todo en la empresa: recursos financieros, incontables horas y una fe inquebrantable en Mark Zuckerberg. Sin embargo, cuando se le presentó nueva documentación, su mundo se desmoronó en un instante.
Sin su conocimiento, su participación sustancial de 1,388,334 acciones (34.4%) había sido reducida sigilosamente a un mero 0.03%—una maniobra ejecutada tras bambalinas. La persona con la que se había asociado para construir un imperio digital lo había efectivamente excluido de la narrativa.