El nacimiento de Ethereum Classic (ETC) se originó en una importante controversia sobre la naturaleza de la cadena de bloques. Como una rama de Ethereum, ETC en realidad comparte el mismo White Paper, pero en términos de filosofía sostiene un principio clave: la inmutabilidad de los datos de la cadena de bloques.

En 2016, ocurrió un evento sorprendente en el ecosistema de Ethereum: el incidente DAO. Un contrato inteligente fue atacado por un hacker, lo que resultó en la pérdida de grandes cantidades de fondos de los usuarios. Frente a esta crisis, la comunidad se sumió en un intenso debate. Un grupo abogaba por revertir las transacciones mediante medios técnicos para recuperar las pérdidas, mientras que el otro grupo defendía la característica fundamental de la cadena de bloques: una vez registrada, no debería cambiarse.

Fue este debate el que llevó a la división de la comunidad de Ethereum. La parte que se mantuvo fiel a los principios conservó la versión de la cadena de bloques antes del ataque, que es lo que hoy conocemos como ETC. Por otro lado, la parte que eligió hacer un retroceso se desarrolló en la red de Ethereum (ETH), que es más grande y activa en la actualidad.

Los partidarios de ETC lo ven como una continuación del "libro mayor original", y creen que esta persistencia refleja el valor central de la tecnología de la cadena de bloques: la inmutabilidad. Esta posición ha permitido que ETC ocupe un lugar único en el ecosistema de las criptomonedas, atrayendo a un grupo de desarrolladores y usuarios que valoran los principios originales de la cadena de bloques.

A pesar de que el tamaño del mercado y la actividad de ETC no son comparables a los de ETH, su existencia recuerda constantemente a la comunidad de la cadena de bloques: el equilibrio entre mantener principios y adaptarse a las crisis es un tema eterno. La trayectoria de desarrollo de ETC también nos proporciona una perspectiva única para reflexionar sobre la esencia de la tecnología de cadena de bloques y la dirección futura de su desarrollo.