El CEO de BlackRock, Larry Fink (, reconoció oficialmente en la carta anual a los accionistas de 2025 que Bitcoin puede desafiar el estatus del dólar como moneda de reserva global. Advirtió que un déficit estadounidense incontrolado podría allanar el camino para que Bitcoin se convierta en moneda de reserva global.
Esta carta señala claramente que si el gobierno de EE. UU. no puede controlar la deuda y el déficit, el Bitcoin es tanto una innovación disruptiva como un riesgo geopolítico. La carta dice: “Si EE. UU. no puede controlar su deuda, si el déficit sigue creciendo, es posible que EE. UU. ceda esta posición a activos digitales como el Bitcoin.”
Esta declaración marca el reconocimiento por parte del líder de un gigante de gestión de activos que maneja 10 billones de dólares, de que los activos digitales pueden reemplazar al dólar en los mercados globales.
Fink menciona Bitcoin 7 veces en la carta y el dólar 8 veces. No es exagerado enfatizar la importancia de esta frecuencia similar en la carta anual de Fink.
El 11 de enero de 2024, la SEC de Estados Unidos aprobó el ETF de Bitcoin al contado de BlackRock )IBIT(, abriendo la puerta a los inversores tradicionales de Wall Street para entrar en los activos digitales. Además, el presidente estadounidense Trump ha comenzado a apoyar Bitcoin, y el apoyo de los gigantes nacionales hacia las criptomonedas está creciendo gradualmente.
La carta de BlackRock describe una perspectiva divergente; aunque las finanzas descentralizadas )DeFi( son aclamadas como "una innovación extraordinaria", la compañía advierte que su crecimiento podría socavar la dominación financiera de Estados Unidos.
El informe enfatiza que si los inversores comienzan a ver Bitcoin como un medio de almacenamiento de valor a largo plazo más estable que el dólar, surgirán riesgos, especialmente en el contexto de un déficit federal continuo de EE. UU. y niveles de deuda soberana.
Este marco posiciona a Bitcoin no solo como un activo especulativo o una reserva de valor, sino como una herramienta de cobertura macroeconómica contra la inestabilidad soberana de Estados Unidos. Su significado es similar a los argumentos planteados por los inversores institucionales en los últimos años, quienes ven los activos digitales como un seguro contra la devaluación de la moneda o la agitación geopolítica.
Como enfatizó Fink, "dos cosas pueden suceder al mismo tiempo", refiriéndose a la coexistencia de la innovación y el riesgo en el desarrollo de los activos digitales.
La posición interna de BlackRock sobre Bitcoin no es puramente teórica. En la carta se revela que su ETF de Bitcoin al contado lanzado en EE. UU. se ha convertido en el producto más grande en la historia de la industria de ETFs, gestionando más de 50 mil millones de dólares en su primer año. En todas las categorías de ETFs, su flujo neto de activos también ocupa el tercer lugar, solo detrás de los fondos del índice S&P 500.
La adopción minorista es el principal factor impulsor, y más del 50% de la demanda del ETP de Bitcoin de la empresa proviene de inversores individuales.
Es importante señalar que el 3/4 de los participantes nunca antes habían tenido productos de BlackRock iShares, lo que indica que Bitcoin está convirtiéndose en un mecanismo de entrada que atrae a nuevos grupos de inversores.
La empresa también ha expandido su producto ETP a Canadá y Europa, lo que marca el crecimiento transfronterizo de las herramientas de inversión en Bitcoin a nivel institucional.
Además de Bitcoin, la carta de Fink también plantea un argumento más amplio, que es que la tokenización puede transformar los mercados de capitales de una manera comparable a la transición del correo postal al correo electrónico. Fink compara la infraestructura de activos tokenizados con la red SWIFT, afirmando que la infraestructura de activos tokenizados puede permitir el flujo inmediato de activos de punto a punto, eludiendo así a los intermediarios financieros tradicionales.
BlackRock considera que la tokenización representa un cambio fundamental en la propiedad de los activos, que se logra principalmente a través de la descentralización, la mejora de los sistemas de votación y el aumento de las oportunidades de uso de herramientas de inversión de alto rendimiento.
La carta indica que estos desarrollos pueden reducir las barreras operativas y legales que históricamente han limitado la participación de los inversores minoristas en ciertas clases de activos, democratizando así los mercados de capital.
La empresa también enfatizó la necesidad de actualizar el sistema de identidad digital, tomando como referencia el modelo de India. Se cree que más del 90% de los indios pueden verificar de manera segura las transacciones de teléfonos inteligentes, lo que convierte al país en un líder en el ámbito de la infraestructura digital necesaria para una economía tokenizada.
La inclusión de Bitcoin como un posible sustituto del dólar refleja un cambio significativo en la percepción institucional. A pesar de que en los últimos años ha aumentado el reconocimiento de Bitcoin como "oro digital" en la corriente principal, la redacción de BlackRock apunta a un argumento económico más profundo: el fracaso de la política macroeconómica podría acelerar la transición hacia un sistema monetario descentralizado.
Al citar la tokenización y Bitcoin dentro del mismo panorama estratégico, esta carta propone un marco en el que los activos digitales son posibles sustitutos de las monedas fiduciarias.
Para los formuladores de políticas, esta información, aunque sutil, es muy clara: Estados Unidos debe modernizar su sistema financiero y gestionar adecuadamente la trayectoria de la deuda para mantener su liderazgo monetario.
El contenido es solo de referencia, no una solicitud u oferta. No se proporciona asesoramiento fiscal, legal ni de inversión. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más información sobre los riesgos.
El gigante de gestión de activos de 10 billones de dólares de Wall Street ha admitido oficialmente: Bitcoin reemplazará al dólar como "moneda global"
El CEO de BlackRock, Larry Fink (, reconoció oficialmente en la carta anual a los accionistas de 2025 que Bitcoin puede desafiar el estatus del dólar como moneda de reserva global. Advirtió que un déficit estadounidense incontrolado podría allanar el camino para que Bitcoin se convierta en moneda de reserva global.
Esta carta señala claramente que si el gobierno de EE. UU. no puede controlar la deuda y el déficit, el Bitcoin es tanto una innovación disruptiva como un riesgo geopolítico. La carta dice: “Si EE. UU. no puede controlar su deuda, si el déficit sigue creciendo, es posible que EE. UU. ceda esta posición a activos digitales como el Bitcoin.”
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)Origen: BlackRock(
Esta declaración marca el reconocimiento por parte del líder de un gigante de gestión de activos que maneja 10 billones de dólares, de que los activos digitales pueden reemplazar al dólar en los mercados globales.
Fink menciona Bitcoin 7 veces en la carta y el dólar 8 veces. No es exagerado enfatizar la importancia de esta frecuencia similar en la carta anual de Fink.
El 11 de enero de 2024, la SEC de Estados Unidos aprobó el ETF de Bitcoin al contado de BlackRock )IBIT(, abriendo la puerta a los inversores tradicionales de Wall Street para entrar en los activos digitales. Además, el presidente estadounidense Trump ha comenzado a apoyar Bitcoin, y el apoyo de los gigantes nacionales hacia las criptomonedas está creciendo gradualmente.
La carta de BlackRock describe una perspectiva divergente; aunque las finanzas descentralizadas )DeFi( son aclamadas como "una innovación extraordinaria", la compañía advierte que su crecimiento podría socavar la dominación financiera de Estados Unidos.
El informe enfatiza que si los inversores comienzan a ver Bitcoin como un medio de almacenamiento de valor a largo plazo más estable que el dólar, surgirán riesgos, especialmente en el contexto de un déficit federal continuo de EE. UU. y niveles de deuda soberana.
Este marco posiciona a Bitcoin no solo como un activo especulativo o una reserva de valor, sino como una herramienta de cobertura macroeconómica contra la inestabilidad soberana de Estados Unidos. Su significado es similar a los argumentos planteados por los inversores institucionales en los últimos años, quienes ven los activos digitales como un seguro contra la devaluación de la moneda o la agitación geopolítica.
Como enfatizó Fink, "dos cosas pueden suceder al mismo tiempo", refiriéndose a la coexistencia de la innovación y el riesgo en el desarrollo de los activos digitales.
La posición interna de BlackRock sobre Bitcoin no es puramente teórica. En la carta se revela que su ETF de Bitcoin al contado lanzado en EE. UU. se ha convertido en el producto más grande en la historia de la industria de ETFs, gestionando más de 50 mil millones de dólares en su primer año. En todas las categorías de ETFs, su flujo neto de activos también ocupa el tercer lugar, solo detrás de los fondos del índice S&P 500.
La adopción minorista es el principal factor impulsor, y más del 50% de la demanda del ETP de Bitcoin de la empresa proviene de inversores individuales.
Es importante señalar que el 3/4 de los participantes nunca antes habían tenido productos de BlackRock iShares, lo que indica que Bitcoin está convirtiéndose en un mecanismo de entrada que atrae a nuevos grupos de inversores.
La empresa también ha expandido su producto ETP a Canadá y Europa, lo que marca el crecimiento transfronterizo de las herramientas de inversión en Bitcoin a nivel institucional.
Además de Bitcoin, la carta de Fink también plantea un argumento más amplio, que es que la tokenización puede transformar los mercados de capitales de una manera comparable a la transición del correo postal al correo electrónico. Fink compara la infraestructura de activos tokenizados con la red SWIFT, afirmando que la infraestructura de activos tokenizados puede permitir el flujo inmediato de activos de punto a punto, eludiendo así a los intermediarios financieros tradicionales.
BlackRock considera que la tokenización representa un cambio fundamental en la propiedad de los activos, que se logra principalmente a través de la descentralización, la mejora de los sistemas de votación y el aumento de las oportunidades de uso de herramientas de inversión de alto rendimiento.
La carta indica que estos desarrollos pueden reducir las barreras operativas y legales que históricamente han limitado la participación de los inversores minoristas en ciertas clases de activos, democratizando así los mercados de capital.
La empresa también enfatizó la necesidad de actualizar el sistema de identidad digital, tomando como referencia el modelo de India. Se cree que más del 90% de los indios pueden verificar de manera segura las transacciones de teléfonos inteligentes, lo que convierte al país en un líder en el ámbito de la infraestructura digital necesaria para una economía tokenizada.
La inclusión de Bitcoin como un posible sustituto del dólar refleja un cambio significativo en la percepción institucional. A pesar de que en los últimos años ha aumentado el reconocimiento de Bitcoin como "oro digital" en la corriente principal, la redacción de BlackRock apunta a un argumento económico más profundo: el fracaso de la política macroeconómica podría acelerar la transición hacia un sistema monetario descentralizado.
Al citar la tokenización y Bitcoin dentro del mismo panorama estratégico, esta carta propone un marco en el que los activos digitales son posibles sustitutos de las monedas fiduciarias.
Para los formuladores de políticas, esta información, aunque sutil, es muy clara: Estados Unidos debe modernizar su sistema financiero y gestionar adecuadamente la trayectoria de la deuda para mantener su liderazgo monetario.