

Los traders de criptomonedas buscan constantemente métodos fiables para anticipar los movimientos del mercado y tomar decisiones de inversión informadas. Aunque no existe una fórmula infalible para prever el precio de los activos digitales, han surgido distintos modelos analíticos que ayudan a los traders a valorar el potencial de Bitcoin. Entre ellos, el modelo Stock-to-Flow (S2F) de Bitcoin ha captado una atención considerable desde su presentación en 2019. Este modelo intenta pronosticar el precio futuro de Bitcoin a partir de su escasez, siguiendo un enfoque similar al empleado para valorar metales preciosos en los mercados tradicionales de materias primas.
El modelo Stock-to-Flow de Bitcoin es un método cuantitativo para prever el valor futuro de BTC, centrado principalmente en la dinámica de la oferta. El analista seudónimo PlanB desarrolló este modelo y publicó la metodología en un artículo de Medium en 2019 titulado "Modeling Bitcoin Value with Scarcity". El planteamiento esencial del modelo compara Bitcoin con materias primas escasas como el oro y la plata.
En este contexto, «stock» se refiere al suministro total de Bitcoin en circulación, mientras que «flow» representa la tasa a la que nuevos Bitcoin llegan al mercado mediante la minería. El ratio S2F se obtiene dividiendo el stock actual entre el flujo anual. Un ratio más alto indica mayor escasez respecto a la producción, lo que teóricamente se traduce en valoraciones de mercado superiores.
Bitcoin tiene la particularidad de contar con un calendario de emisión predeterminado que contempla eventos de halving aproximadamente cada cuatro años. En estos eventos, la recompensa de minería se reduce a la mitad, limitando el flujo de nuevos Bitcoin que acceden al mercado. Esta reducción programada del suministro incrementa progresivamente el ratio S2F y, según la teoría de PlanB, debería impulsar el precio de Bitcoin conforme aumenta su escasez.
El gráfico Stock-to-Flow de Bitcoin creado por PlanB está disponible en numerosas plataformas, incluidas sus redes sociales y portales de análisis de criptomonedas como LookIntoBitcoin y CoinGlass. El gráfico emplea un sistema de codificación por colores para mostrar tanto los datos históricos de precios como las valoraciones proyectadas en función del ratio S2F.
Habitualmente, el gráfico representa el precio real de mercado de Bitcoin como una línea cuyo color varía en función de la proximidad al próximo halving. Los tonos fríos como azul y púrpura indican periodos cercanos al halving, mientras que los cálidos como rojo y naranja corresponden a los momentos más alejados de estos eventos de reducción de oferta. El eje vertical muestra el precio en USD y la parte inferior indica la variación entre el precio previsto por el modelo y el precio real de Bitcoin.
Los traders examinan estos gráficos para identificar patrones y desviaciones, buscando oportunidades cuando el precio real de Bitcoin se separa significativamente de las proyecciones del modelo Stock-to-Flow. El análisis histórico de estas diferencias orienta la toma de decisiones sobre posibles puntos de entrada o salida en las posiciones.
El modelo Stock-to-Flow de Bitcoin de PlanB ha sido ampliamente adoptado en la comunidad cripto por sus claras ventajas. Su accesibilidad, base en fundamentos verificables y solidez en el desempeño histórico lo han convertido en una referencia habitual para el análisis de Bitcoin.
Entre sus principales fortalezas destaca su sencillez y facilidad de comprensión. A diferencia de otros modelos financieros complejos que requieren conocimientos matemáticos avanzados, el modelo Stock-to-Flow resume la propuesta de valor de Bitcoin en una métrica clara. Esta accesibilidad ha democratizado el análisis de valoración, permitiendo que tanto principiantes como expertos empleen previsiones cuantitativas.
El enfoque en fundamentos tangibles es otra ventaja relevante. En vez de apoyarse en teorías abstractas o valoraciones subjetivas, el modelo de PlanB basa sus proyecciones en la tokenómica contrastable de Bitcoin: el límite de suministro de 21 millones de monedas, el calendario de halving y la escasez medible que crece con el tiempo. Estos datos objetivos constituyen una base sólida para el análisis.
En términos históricos, el modelo Stock-to-Flow ha mostrado una precisión razonable al reflejar la tendencia alcista a largo plazo de Bitcoin. Si bien las proyecciones no siempre coinciden exactamente con los precios reales, la diferencia suele mantenerse dentro de márgenes aceptables. Desde 2019, la premisa de que el precio de Bitcoin aumentaría por su creciente escasez ha resultado generalmente acertada, reforzando la credibilidad del modelo.
Por último, el modelo Stock-to-Flow es una herramienta eficaz para previsiones a largo plazo, especialmente para inversores con horizontes extensos. Ofrece un marco para comprender la evolución de valor de Bitcoin a lo largo de los ciclos de halving, ayudando a los holders a identificar periodos óptimos de acumulación y gestionar sus posiciones con mayor estrategia.
Pese a su popularidad, el modelo Stock-to-Flow de PlanB recibe críticas fundadas de distintos sectores del ecosistema cripto. Entender estas limitaciones es clave para quienes utilizan el modelo como parte de un análisis más amplio.
La crítica más frecuente apunta a la simplificación excesiva de los factores que influyen en el valor de Bitcoin. Al centrarse solo en la oferta, el modelo Stock-to-Flow deja fuera numerosas variables que afectan al precio, como el sentimiento del mercado, cambios regulatorios, innovaciones tecnológicas, condiciones macroeconómicas y ritmo de adopción. Avances como Lightning Network, SegWit u Ordinals inciden en la utilidad y valor de Bitcoin, pero el modelo de PlanB no los contempla.
Otra preocupación relevante es que el modelo parte de la premisa de que Bitcoin actúa principalmente como oro digital. Aunque esta narrativa ha ganado fuerza, sigue abierto el debate sobre si el futuro de Bitcoin está solo en ser reserva de valor o si funciones adicionales (medio de pago, plataforma de smart contracts, etc.) pueden impulsar su precio. El enfoque centrado en materias primas podría dejar fuera aspectos clave de la evolución de Bitcoin.
El modelo también es insuficiente para anticipar los denominados eventos cisne negro: sucesos inesperados que alteran bruscamente la dinámica de mercado. Crisis regulatorias, fallos en exchanges, brechas de seguridad o crisis económicas mundiales pueden provocar movimientos de precio ajenos al ratio Stock-to-Flow. Al depender de patrones históricos y asumir una demanda constante, el modelo es vulnerable a shocks imprevisibles.
Por último, el modelo Stock-to-Flow de PlanB resulta poco útil para traders de corto plazo. Los day traders y swing traders precisan indicadores que reflejen el movimiento inmediato del precio y el momentum, algo que este modelo no proporciona. Su fortaleza reside en el análisis de tendencias a largo plazo, por lo que no es adecuado para estrategias intradía o semanales.
Para los traders que desean integrar el modelo Stock-to-Flow de PlanB en su análisis, la clave es conocer su ámbito de aplicación y limitaciones. El modelo debe emplearse como un complemento dentro de una estrategia integral de trading, y no como un instrumento decisorio único.
Generalmente, los traders consultan el modelo Stock-to-Flow cuando estudian la evolución de precios a largo plazo y los patrones históricos de Bitcoin, especialmente en torno a los eventos de halving. El modelo de PlanB ayuda a definir la dirección de la tendencia y aporta contexto sobre la escasez de Bitcoin, pero los traders eficaces lo combinan con otras metodologías.
Una estrategia robusta integra análisis técnico (patrones gráficos, medias móviles, soportes y resistencias, indicadores de momentum) y análisis fundamental, examinando métricas on-chain como hash rate, volúmenes de transacción y actividad de wallet. También deben considerarse factores macroeconómicos, como tipos de interés, expectativas de inflación y novedades regulatorias.
Al combinar el modelo Stock-to-Flow de PlanB con estos enfoques, los traders obtienen una visión más completa de las condiciones de mercado. El modelo aporta contexto sobre la escasez a largo plazo, mientras que otras herramientas permiten evaluar la acción de precios a corto plazo, el sentimiento del mercado y los factores inmediatos que pueden impulsar el precio al margen de la oferta.
El modelo Stock-to-Flow de Bitcoin desarrollado por PlanB constituye una aportación relevante al análisis del mercado de criptomonedas, proporcionando un marco cuantitativo para comprender el valor de Bitcoin en función de su escasez creciente. El modelo de PlanB goza de reconocimiento creciente por su sencillez, base en la tokenómica y precisión razonable al reflejar la tendencia alcista a largo plazo de Bitcoin.
No obstante, los traders deben ser conscientes de sus limitaciones. El modelo se centra solo en la oferta, omitiendo muchos factores que influyen en el precio de Bitcoin, desde innovaciones tecnológicas hasta el sentimiento de mercado o eventos imprevistos. Aunque la visión de Bitcoin como oro digital gana adeptos, puede no abarcar toda la utilidad y potencial de evolución del activo.
En definitiva, el modelo Stock-to-Flow de PlanB es más útil si se integra en un análisis global. Combinado con indicadores técnicos, análisis fundamental, datos on-chain y perspectivas macroeconómicas, ofrece una visión valiosa sobre el potencial a largo plazo de Bitcoin. Quienes comprenden tanto las fortalezas como las limitaciones del modelo pueden aprovecharlo de manera adecuada y evitar depender en exceso de una sola herramienta. El éxito en el trading cripto exige aprendizaje constante, métodos variados y asumir que ningún modelo puede predecir a la perfección la compleja dinámica de los mercados de activos digitales.
Plan B pronostica que Bitcoin podría alcanzar 1 millón de dólares en 2025, con un objetivo intermedio de 100 000 dólares en diciembre de 2024, impulsado por la llegada de nuevos ETF.
La fórmula es: Stock-to-Flow = Suministro actual / Nueva oferta anual. Para Bitcoin en 2025, equivale aproximadamente a 18,9 millones de monedas divididas por las monedas minadas al año.
Sí, según su modelo Stock-to-Flow, PlanB prevé que Bitcoin podría llegar a 300 000 dólares en 2026. Hasta 2025, esta previsión sigue vigente y se ajusta a las tendencias actuales del mercado.
Plan B es un inversor neerlandés conocido por desarrollar el modelo Stock-to-Flow, que utiliza el concepto de escasez para estimar el valor de Bitcoin. Su modelo ganó notoriedad después del halving de Bitcoin en 2020.











